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Roberto Devorik, el argentino que fue el amigo más íntimo de Lady Di

Noche de confidencias y de revelaciones “reales” en Hablemos de otra cosa, por LN+, con Roberto Devorik, el argentino que fue el amigo más íntimo de Diana Spencer. La malograda princesa de Gales (conocida como Lady Di), hace pocas semanas hubiese cumplido sesenta años. Perdió la vida, a los 36, en un grave accidente automovilístico el 31 de agosto de 1997, en París, mientras escapaba a gran velocidad del asedio de los fotógrafos que la perseguían.

“Con Lady Di nos hicimos amigos -le contó a Pablo Sirvén- porque la hacía reír mucho y nunca la traicioné. La directora de Vogue, Beatrix Miller, me la presentó. La humanidad de Diana era muy grande. Fue un ser único”.

En gran medida, Devorik fue uno de los responsables de la transformación de la princesa y así lo cuenta: “No fue fácil sacar a Diana de su look campestre. Yo le decía que se ponía pelelas en la cabeza. Llevé a Diana al mundo exterior de los diseñadores ingleses. Su personalidad iba cambiando con sus peinados y cortes de pelo. Terminó usando a la moda como un instrumento para llegar a la gente”.

Difícil definir con una sola palabra quién es y qué hace Roberto Devorik. “Vestí a Mía Farrow, Diana Ross y Audrey Hepburn; estudio la personalidad antes de vestir a una mujer”, refiere como al pasar. ¿Fue Devorik novio de la famosa actriz Jacqueline Bisset? Son mil y una las historias que Roberto atesora de su relación con el jet-set y la nobleza. Una verdadera caja de sorpresas.

Pero catalogarlo solo como empresario de la moda podría quedarle chico, ya que tuvo y tiene estrecha relación con el mundo del cine, la música clásica y el emprendedorismo al más alto nivel. También representó a grandes firmas internacionales y fue el artífice años atrás de un par de ediciones del Alvear Fashion & Art, un evento de moda y arte, en la avenida más característica de Barrio Norte, que tuvo gran repercusión en su momento.

Le gusta definirse como un “ciudadano del mundo” ya que su vida alterna entre Viena, Punta del Este y Buenos Aires, donde no suele quedarse más de cuatro meses al año, tiempo que aprovecha para concurrir -ahora que se reinició su actividad- a la mayor cantidad de funciones posibles de su amado Teatro Colón. “No me gustan los títulos; me gustan las acciones -aclara al hablar de lo difícil que puede resultar clasificarlo-; me definiría como un mortal James Bond, que vivo más de una vez.”

Devorik dice que nota aquí a la gente triste y desganada. “La pandemia nos volvió agresivos”, opina. “La Argentina tiene la grave enfermedad de vivir en angustia, es un cóctel que no lo entiendo”.

El tema de la monarquía, y su papel en el mundo actual, se vuelve a imponer en la conversación. “La realeza es una maquinaria”, subraya el entrevistado, mientras en Hablemos de otra cosa se repasan imágenes del largo reinado de Isabel II y de la premiada serie The Crown, que Devorik critica severamente, como también la “huida” a los Estados Unidos del príncipe Harry y su esposa, la actriz Meghan Markle. Devorik la define sin compasión: “Pensó que entraba por la alfombra roja a un estudio y le salió mal”.

Tampoco se quedó atrás a la hora de juzgar a la casa real británica. “Para la reina -agrega- primero es la corona, después la Iglesia y ser reina y por último, ser madre. Carlos [hijo de la reina y principal heredero del trono] es un ser muy egoísta que no se animó a decirle a los padres que quería quedarse con Camila. La casa real es una mafia paqueta: sabés cómo entrás, pero es muy difícil salir y la corona siempre actúa para tapar los escándalos.” Y agrega, para que no queden dudas: “No todo lo que brilla por fuera, brilla por dentro. Así defino a la familia real”. En cambio se refirió con afecto a la reina de Holanda, la argentina Máxima Zorreguieta, y su familia.

Hablemos de otra cosa se emite por LN+, todos los viernes, a las 23.