El día que Raúl Velasco, el todopoderoso de la TV mexicana, tuvo que tragarse su soberbia y pedir perdón

Una de las figuras más emblemáticas de la televisión mexicana en lo que se llamó su "segunda época de oro", sin duda alguna fue el conductor, productor y periodista Raúl Velasco, quien junto a Jacobo Zabludovsky y Chabelo fueron parte muy importante de Televisa.

Raúl Vealsco y la legendaria cantante cubana Olga Guillot, en  2006.  (Photo by Alexander Tamargo/Getty Images)
Raúl Vealsco y la legendaria cantante cubana Olga Guillot, en 2006. (Photo by Alexander Tamargo/Getty Images)

Raúl Velasco fue catalogado por varios de sus excolaboradores como un hombre 'déspota' y 'poderoso' que marcaba al 'dedazo' quién sí y quién no entraba en los hogares mexicanos a través de la televisión. Esta actitud suya le granjeó a Velasco —que buscaba cultivar una imagen de hombre familiar— fama de ser poco carismático pero con una influencia bárbara en los medios de comunicación, aunque muy petulante, cosa que le generó muchas animadversiones.

Velasco, pariente lejano del político priísta Miguel Alemán Velasco, nació en Celaya, Guanajuato el 24 de abril de 1933 y murió a los 73 años de edad en octubre de 2006 — irónicamente el mismo día que en Televisa se transmitía un homenaje para él por sus 50 años de carrera— a causa de problemas hepáticos que arrastraba de tiempo atrás, consecuencia de un alcoholismo que padeció por años y que lo llevó a recurrir a un transplante.

Velasco provenía de una familia de escasos recursos, y trabajó desde chico en una tienda de abarrotes de su padre, fue mensajero, operario de tractor y chofer. El presentador comenzó su carrera artística escribiendo en una revista de deportes en la ciudad de su origen. Luego, a los 20 años de edad, se mudó a la Ciudad de México y comenzó a trabajar en el Banco Nacional de México. Además, también escribía artículos y noticias deportivas para diversos diarios y a partir de ahí se especializó en hacer entrevistas con figuras del cine, entre ellos Pedro Infante y María Félix (uno lo trató muy bien, la otra lo trató muy mal).

Su trabajo en Televisión floreció a partir del 14 de diciembre de 1969 cuando se estrenó el programa de variedades 'Siempre en Domingo', que lo llevó a la trascendencia y a recibir muchas prebendas por parte de compañías disqueras; por lo mismo no fue raro que Velasco se condujera a sí mismo como una especie de rey, con un nivel de poder que por momentos rivalizaba con el de Emilio Azcárraga Milmo (que, se dice, nunca confió del todo en él y que personalmente nunca lo consideró su amigo).

La historia del programa 'Siempre en Domingo' navega paralela a casi tres décadas de la historia de la cultura popular en México; de hecho, es imposible imaginar las décadas de los 70 y 80 (y parte de los 90) del siglo pasado sin ese programa en las ondas, porque nos dio básicamente a toda la banda sonora de esa época.

Velasco, todopoderoso, era su presentador, también producía el espacio de entretenimiento. Él fue quien le dio su primera oportunidad a la temible Pati Chapoy cuando solo era una reportera y aunque después estarían años enfrentados (cuando la Chapoy se fue a TV Azteca), ella es la primera en reconocer que él le dio todas las herramientas para hacer su propia carrera.

Se sabe que Raúl Velasco fue un hombre de carácter soberbio y a veces injusto, que no se quedaba callado, y en su programa, que tenía transmisión internacional, en muchas ocasiones hizo comentarios que lo catalogaron como una figura polémica de la televisión, pues también era propenso a humillar e insultar a gente, algunas veces en su mismo programa, en vivo.

A pesar de que han pasado varios años, existen numerosas instancias de que en 'Siempre en Domingo' Velasco abusó de su poder: por ejemplo, cuando en 1992 insultó a Thalía: "Te quiero hacer una observación muy favorable, desde el día en que debutaste en el programa has tenido una evolución muy grande. Te quitaron lo corrientota que te habían puesto el primer día".

Afirman que el conductor y productor se sentía una autoridad moral y se confiaba de la importancia que tenía su programa. Sin embargo, también tuvo que pedir disculpas por sus palabras, como sucedió con el cantante conocido como Zorro, de quien expresó que no le parecía una persona auténtica, y no le veía futuro en la industria (aunque esto fue para ocultar su homofobia). A la semana siguiente tuvo que ceder, pedir disculpas al cantante y volver a invitarlo a su programa (porque no contaba con que el amanerado cantante de marras estaba emparentado con una de las muchas familias que componen el clan Azcárraga y tuvo que bajar la cabeza ante órdenes de su patrón).

Hubo muchos más momentos así en el show, que mostraban la arrogancia de Velasco —que también era muy querido por algunos sectores de la población, especialmente las abuelitas— y en un canal de Youtube se dieron a la tarea de hacer una recopilación de aquellos momentos en el famoso programa cuando Raúl Velasco humilló a sus invitados, como lo hizo con Lupe Esparza de Bronco, al describirlo como 'gorila'. Otro momento memorable regañó al cantante Jorge 'El Coque' Muñiz, al evidenciarlo en cadena nacional y decir que había hecho playblack, algo que la mayoría de los artistas invitados hacían, pero le dio la gana de evidenciarlo para curarse en salud. La carrera de Muñiz continuó aunque no pudo recuperarse del todo de esta fea situación.

El poder en demasía corrompe y Raúl Velasco fue un ejemplo de ello, hasta que su salud mermó y tuvo que dejar el programa en manos de su hija, la inexperta (en ese entonces) Karina, quien no fue aceptada por el público y esto señaló el final de la emisión.

No obstante, es de reconocer que todavía se recuerde tanto a esta figura, quizá porque no ha vuelto a haber un presentador tan polémico como lo fue él, en una época en que la televisión atraviesa una terrible crisis, cuando los ídolos ya no duran... como antes.

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