Maneki neko: más que un gatito de buena suerte, una tradición para el mundo

El norteamericano Edgar Allan Poe ubicó al gato en la cima de los protagonistas del género del terror con su inolvidable relato “El Gato Negro”, mientras que películas, ilustraciones, y leyendas lo han convertido en el inseparable compañero de brujas y hechiceros.

De hecho, según señala el libro El Arte de Predecir el Futuro, editado por el Círculo de Lectores, las cartas umbandistas, un oráculo de adivinación de origen brasileño, califican al gato como símbolo de traición, y seguramente muchos de ustedes han escuchado a alguien decir con superstición “no me gustan porque son traidores”. Algunas veces, esos códigos tradicionales no tienen ningún sentido, pero otras son poderosos y traspasan el tiempo y el espacio. Tal es el caso de maneki neko, el gatito con la patita levantada que podemos ver en muchos negocios y hogares del mundo atrayendo la suerte, la fortuna, el dinero, o como mínimo, una sonrisa.

(Getty Creative)
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El gato, una de las mascotas predilectas del mundo occidental, cuenta con una magia especial. Es encantador, independiente y sagaz en todas sus interpretaciones, y específicamente para la tradición japonesa, donde se origina esta popular figura, tienen poderes protectores.

Los japoneses empezaron a tener gatos en sus casas para cazar ratones, pero según nos explica el profesor Ignacio Aristimuño del Centro de Educación Global de la Universidad Doshisha de Kioto, es muy posible que se hayan convertido en queridas mascotas con la llegada de los portugueses a la nación insular en el siglo XVI.

Neko es gato y maneki es invitar, atraer

En Japón, podemos ver a maneki neko en distintos tamaños y en cualquier tienda o negocio que dependa del tránsito de los consumidores. “Es un símbolo de la suerte y la buena fortuna, un amuleto que está muy arraigado en el inconsciente colectivo, y responde a una tradición que tiene unos 400 años”, asegura Aristimuño.

“Es muy interesante porque Japón es un país de contrastes: así como es muy avanzado tecnológicamente, es también muy tradicional y afín a lo simbólico. Cualquiera puede usar el maneki neko o poner un puñito de sal en la entrada de su casa o negocio para evitar las malas energías”.

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El experto explica que estas tradiciones están ancladas en la historia y esta específicamente surgió en el siglo XVII. “Cuando el shogun Tokugawa Ieyasu tomó posesión del gobierno, se cerraron las puertas a los imperios europeos. En esta época, conocida como el periodo Edo, se fortalecieron los señores feudales que lideraban cada región, y es uno de estos señores el protagonista de la leyenda de maneki neko”.

Según explican en una nota de National Geographic, la hermosa leyenda narra cómo un señor feudal fue salvado por un gato, que desde un templo muy pobre llamado Gotokuji en Tokio, le pedía que se acercara moviendo su patita.

Arreciaba una tormenta y el hombre rico aguardaba a que escampara junto a un árbol. Cuando se dio cuenta de que un gato lo llamaba, se acercó para verlo mejor y justo en el lugar que acababa de dejar cayó un rayo. El hombre agradecido con el gato por haberlo salvado, otorgó riquezas y cultivos al templo, se encargó de sus reparaciones y lo convirtió en un lugar muy próspero que aún hoy recibe visitantes que dejan gatos como ofrenda… pero no gatos reales, sino gatos de cerámica, generalmente hechos en la ciudad de Seto, donde anualmente se celebra un festival dedicado al famoso gatito y se exponen figuras realizadas por artistas de todo el país.

Templo Gotokuji en Tokio, Japón. REUTERS/Issei Kato
Templo Gotokuji en Tokio, Japón. REUTERS/Issei Kato

“Cuando el país se abrió nuevamente en el siglo XIX, se inician las operaciones comerciales con Occidente y es así como maneki neko, que ya era muy popular en Japón, comienza a convertirse en amuleto de exportación, impulsado, por supuesto, por el afán de China de reproducir en masa todo lo que tenga interés comercial”, puntualiza Aristimuño.

Un color para cada necesidad

El profesor Aristimuño insiste en aclarar que en lugar de ser superstición, tener un maneki neko es una tradición, que gracias a la globalización se ha extendido por todo el mundo. De manera que si nos animamos a tener uno para honrar la buena fortuna, es muy interesante conocer las características de esta figura.

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Según un artículo publicado en la web del Museo Metropolitano de Arte, estas figuras, que están inspiradas en un gato bobtail japonés, pueden ser de cerámica o de plástico; algunas tienen incluso los brazos motorizados para que puedan moverse a lo largo de todo el día, y dependiendo del interés de cada quien puede tener levantada la patita izquierda, para invitar clientes y lograr nuevos negocios; o la derecha para atraer riquezas y dinero.

Los maneki neko suelen llevar una moneda dorada que representa una riqueza extraordinaria, y pueden representarse en varios colores, cada uno con su significado. El blanco alude a la felicidad y a la pureza; el negro representa seguridad y protección contra espíritus malignos; el rojo protege de enfermedades; el dorado simboliza la riqueza y la prosperidad; el verde aporta a la seguridad familiar; el azul estimula el éxito en la educación; y el rosado representa el amor romántico.

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