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La violenta historia de Enrique Guzmán y Silvia Pinal que profetizaba un escándalo

Enrique Guzmán está en boca de todos por el escándalo suscitado ante las fuertes declaraciones de Frida Sofía al respecto de un ostensible abuso que alega sufrió cuando era niña - toqueteos y manoseos que él mismo no interpreta como abuso, una posición similar a la sostenida por Vicente Fernández al respecto de las quejas que ha recibido al respecto de su conducta con otras mujeres a lo largo de los años —, y esta no ha sido la primera vez que el cantante se ha visto implicado en situaciones de violencia de género, y quizá la más fuerte (hasta ahora) es la que vivió al lado de Silvia Pinal cuando fueron pareja, entre 1967 y 1973.

Al momento de casarse con Guzmán (quien es 11 años menor que ella) Silvia Pinal era una de las más célebres y solicitadas estrellas de cine en México y el mundo de habla hispana, con tres películas dirigidas por Luis Buñuel en su haber, así como dos matrimonios (con Rafael Banquells y Gustavo Alatriste) y dos hijas, una adolescente (Sylvia Pasquel) y otra pequeña (Viridiana Alatriste, fallecida en 1982). Guzmán era famoso como cantante de rock —fue pionero del género en español con los Teen Tops — y actuaba en películas, principalmente musicales, considerado un galán de juventud.

La unión, tal como la describe Pinal en su autobiografía 'Esta soy yo' publicada en 2016 — y como consta en archivos históricos de la época — fue controvertida por muchas razones, incluyendo la diferencia de edades, pero a puertas cerradas, Silvia vivió un verdadero infierno debido a la explosiva y volátil personalidad de su marido, que la sometió durante los años de su relación a diversos actos de violencia doméstica — incluyendo golpes, amenazas con arma de fuego y situaciones que hoy en día podrían calificarse como violación, aunque en esa época, el código penal no reconocía estos ataques dentro del vínculo conyugal como un delito — que hicieron la situación insostenible, al punto de que la separación se dio, de acuerdo a lo que relató la actriz con lujo de detalle, tras la peor confrontación que sostuvieron, con amenazas de muerte y golpes (a manera de complemento, la leyenda popular que se tejió en torno a este hecho en su momento, contaba que en defensa de Silvia acudió el propio Emilio Azcárraga Milmo, quien siempre fue un amigo íntimo y protector de la actriz, con quien tuvo un noviazgo en los años 50, y que éste no solo había mandado dar una paliza a Guzmán, también había conseguido que le concediera el divorcio a la Pinal sin rechistar, exiliándose aquél a Venezuela, donde nació de padres mexicanos, donde permaneció algunos años, hasta que regresó a México a fines de los 70).

Guzmán siempre ha cultivado una reputación de "irreverente" y de "atrevido", algo que en su generación le proporcionó un sello único a su imagen pública, sin embargo, los antecedentes de violencia contra su primera esposa parecieran profetizar la situación en la que se encuentra ahora envuelto. Y no es la única vez en la que se mostró en actitudes cuestionables con mujeres: se volvieron virales un par de videos tomados del late show 'Mala noche ¡no!' que conducía Verónica Castro. en los que Guzmán hacía bromas pesadas a ella y en otra ocasión a su hija Alejandra, con dobles sentidos y actitudes salaces.

Guzmán se presentó con Pati Chapoy en 'Ventaneando' a ejercer su derecho de réplica y además de llorar y hacerse el mártir, negó lo dicho por su nieta, alegando que podría estar afectada de sus facultades mentales o que está "buscando fama" o ambas cosas. La famosa periodista fue puesta en tela de juicio en redes al decir que le creía a Guzmán y fue expuesta como una hipócrita.

Es claro el hecho de que Enrique Guzmán no está consciente de haber cometido actos punibles y cuestionables. En su generación esta clase de tocamientos eran la regla común, el ejercicio del poder machista sobre las mujeres por parte de los hombres para demostrar a otros hombres lo "hombres" que eran. Es obvio que en su provecta edad, Guzmán se va a negar a reconocer que está en un error, simplemente porque el clima social y de corrección política en torno suyo ha cambiado. Por lo mismo negó que hubiera hecho daño a la Pinal cuando estaban casados: no lo reconoce porque para él todos sus actos están bien, no solo por ser claramente una personalidad egocéntrica y narcisista, también porque no va a cambiar sus ideas fijas, es incapaz de hacerlo.

No obstante — y sin que medre el hecho de que Frida Sofía se ha hecho fama de sensacionalista y conflictiva, con una personalidad muy semejante a la de su abuelo en algunos aspectos —, los hechos hablan. Enrique Guzmán ha ejercido violencia de género antes, y este es el momento en el que el tiempo lo pone en juicio.

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