Un estudio alerta sobre los minutos que le restas a tu vida si comes alimentos procesados cada día

Científicos de la Universidad de Michigan evaluaron más de 5.800 alimentos, clasificándolos según su carga de enfermedades nutricionales para el ser humano y su impacto en el medioambiente. Los expertos desarrollaron el Índice de Salud Nutricional, utilizado para calcular la <strong>carga neta beneficiosa y perjudicial</strong> para el organismo en términos de los minutos de vida saludable, que está asociada con el consumo de una porción de comida. (Foto: Getty)

Investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan sugieren que el consumo de carnes procesadas puede acortar la vida y han publicado sus hallazgos en la revista Nature, una de las revistas científicas más respetadas del mundo.

Para demostrarlo evaluaron más de 5.800 alimentos y su impacto en la salud humana y el medio ambiente cotejándolos con el Índice Nutricional de Salud, que tiene en cuenta todos los aspectos del ciclo de vida de un producto, incluido el modo en que se produce, se cosecha, se procesa, se consume y se desecha, así como lo calórico y nutricionalmente beneficioso o perjudicial que es un alimento.

Entre las conclusiones más sorprendentes, según publica The New York Post, destaca la idea de que comer un perrito caliente (al día) podría costarte 35 minutos de vida saludable, mientras que tomar una porción de nueces en su lugar podría ayudarte a ganar 26 minutos.

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Dicho de otro modo, y de acuerdo a los autores, es posible perder 0,45 minutos por cada gramo de cualquier carne procesada que una persona come. Sin embargo, una persona también podría añadir minutos a su esperanza de vida saludable optando por 'mejores' alimentos.

Los investigadores también aseguran que sustituir el 10 por ciento de la ingesta calórica diaria de carne de res y carnes procesadas por una mezcla de frutas, verduras, nueces, legumbres y mariscos selectos podría reducir la huella de carbono en la dieta en un tercio y permitir que las personas ganen 48 minutos de minutos saludables por día.

"En general, las recomendaciones dietéticas carecen de una dirección específica y factible para motivar a las personas a cambiar su comportamiento, y rara vez las recomendaciones dietéticas abordan los impactos ambientales", explica Katerina Stylianou, directora de Estrategia de Datos e Información de Salud Pública en el Departamento de Salud de Detroit y una de las autoras de la investigación.

Para cambiar esta dinámica, los investigadores clasificaron los alimentos en tres categorías según el color: verde, amarillo y rojo, basándose tanto en su desempeño nutricional como en su impacto ambiental, siguiendo un sistema muy parecido a un semáforo.

Para conseguirlo recurrieron al IMPACT World +, un método que evalúa el impacto del ciclo de vida de los alimentos (producción, procesamiento, fabricación, preparación / cocción, consumo, desperdicio), y lo combinaron con otros criterios de evaluación sobre el uso del agua, y los daños causados por la formación de partículas finas. También desarrollaron un sistema de puntuación con 18 indicadores ambientales teniendo en cuenta recetas de alimentos detalladas, así como el desperdicio de alimentos.

La zona verde representa los alimentos que deben formar parte de la dieta diaria, que son tanto nutricionalmente beneficiosos como de bajo impacto ambiental. Los alimentos en esta zona son predominantemente nueces, frutas, vegetales cultivados en el campo, legumbres, granos integrales y algunos mariscos.

Mientras que los alimentos con bajo valor nutricional y producción vinculada a altos impactos ambientales (es decir, emisiones de gases de efecto invernadero) se sitúan en la zona roja y, por tanto, deben reducirse o evitarse en la dieta. Entre estos están la carne de res y cerdo, el cordero y las carnes procesadas.

Por el contrario, la mayoría de las aves de corral, los lácteos, los alimentos a base de huevo y los cereales cocidos están en una zona intermedia o amarilla. 

El salmón, por ejemplo, obtuvo una buena puntuación en cuanto al impacto nutricional, consiguiendo una etiqueta verde y añadiendo 16 minutos a la vida saludable de una persona. Sin embargo, este esperanzador resultado quedó invalidado al obtener un rojo en impacto medioambiental, y por tanto un rojo en general, con lo que los autores aconsejan disminuir el consumo de este pescado azul. Los alimentos sólo se recomiendan si obtienen una puntuación verde tanto en nutrición como en medio ambiente. Todos los platos verdes no contienen carne, y abundan los productos a base de pescado, judías y frutos secos.

El chile con carne y frijoles es otro ejemplo de un alimento que es malo para el medio ambiente, pero 'bueno' para la salud, atendiendo a esta clasificación.

Los resultados también determinaron que una bebida azucarada quita ocho minutos de vida saludable, mientras que los sándwiches de mantequilla de cacahuete (o maní) y mermelada a base de frutos secos suman 33 minutos. Por el contrario, un pepito de ternera quita 36 minutos de vida "debido al efecto perjudicial de la carne procesada", mientras una ración de pizza de vegetales resta 1,4 minutos.

No obstante, los investigadores reconocen que los alimentos nutricionalmente beneficiosos no siempre generan impactos ambientales más bajos y viceversa.

“Los estudios previos sobre dietas saludables o sostenibles a menudo han reducido sus hallazgos a una discusión de alimentos de origen vegetal versus alimentos de origen animal, estigmatizando estos últimos como los menos nutritivos y sostenibles”, recoge el estudio. "Aunque es cierto que los alimentos de origen vegetal generalmente funcionan mejor, existen variaciones considerables dentro de los alimentos de origen vegetal y animal que deben reconocerse antes de dar por válidas algunas afirmaciones".

Lo relevante de esta nueva investigación es que se basa en la esperanza de vida saludable (el tiempo que una persona tiene una buena calidad de vida y está libre de enfermedades) y lo que sugiere es que quizás deberíamos tomar menos cantidad de los alimentos situados en la franja de color rojo.

De acuerdo con los resultados obtenidos, los investigadores sugirieron algunos cambios en las dietas que podrían ayudar a las personas a comer más saludable y reducir el impacto en el medioambiente. En este sentido recomendaron reducir el consumo la carne altamente procesada y aumentar la ingesta de frutas y verduras cultivadas en el campo, legumbres, mariscos de bajo impacto ambiental y los frutos secos.

Asimismo, los alimentos clasificados en la zona amarilla, como lácteos, aves de corral y varios platos a base de cereales, pueden sustituir los alimentos de la zona roja, indican los autores.

No obstante, los más críticos con este trabajo rechazan la idea de que exista algún tipo de relación lineal calculable entre cualquier alimento y la vida útil de la personas. Comerse un perrito caliente o una loncha de bacon de vez en cuando no afectará a tu vida. Pero lo que sí es cierto es un consumo elevado de alimentos procesados es malo para la salud.

"Realizar pequeñas modificaciones en la dieta es una estrategia factible y poderosa para lograr beneficios significativos para la salud y el medio ambiente sin requerir cambios drásticos en la dieta", concluye Olivier Jolliet, profesor de Ciencias de la Salud Ambiental en la Michigan Public Health y autor principal del estudio.

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