El drama más impactante de 2022 me lo ha dado una película de terror

Mia Goth en el póster de 'Pearl', la película de terror de Ti West que se presenta como precuela de 'X' (Foto: A24)
Mia Goth en el póster de 'Pearl', la película de terror de Ti West que se presenta como precuela de 'X' (Foto: A24)

2022 volvió a ser un año cargado de grandes títulos de terror, como bien fue el caso de Nope de Jordan Peele, de la imprevisible Barbarian, del regreso de Scream o de la refrescante El menú, por lo que no sorprende que mi película favorita de este año la haya vuelto a encontrar en este género que tanto suelo disfrutar. Se trata de Pearl, la precuela de X de Ti West, donde se narran los orígenes de su anciana y terrorífica villana a la que da vida Mia Goth. Pero, curiosamente, esta película no me sorprendió por su lado terrorífico, sino por el tratamiento dramático que da a los temas que pone sobre la mesa y que la elevan a ser uno de los títulos más impactantes y tristes que nos deja el año.

Y es que, al contrario que X, que estuvo planteada como una vuelta a los orígenes del slasher con reminiscencias a clásicos como La matanza de Texas, Pearl, estrenada en cines de Estados Unidos el pasado 16 de septiembre y con estreno pendiente en otros territorios para 2023, se centra en hablarnos del aislamiento, de cómo nos afectan los tiempos de crisis, de ilusiones rotas y de establecer una analogía con los tiempos pandémicos actuales. Para ello, nos remite a 1918, cuando durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial la joven Pearl vive encerrada con su madre y su padre enfermo en una granja rural de Texas. El miedo de su progenitora a la enfermedad y a la muerte la llevarán a vivir una vida aislada y muy controlada, pero no será impedimento para que trate de cumplir su sueño de ser una estrella del espectáculo motivada por el reluciente glamour de las producciones de Hollywood.

Es decir, que mientras X se centraba en un espectáculo de horror, muertes y sangre que nos transportaba al lado más clásico del slasher, aquí el foco se pone en el desarrollo dramático del personaje, en profundizar en los temas que rodearon a la villana de aquella otra cinta coprotagonizada por Jenna Ortega y en entender mejor su locura. Así, asistimos a una bajada a los infiernos de Pearl, a ver cómo el aislamiento y la crisis afecta a sus comportamientos sociales, a cómo se da de bruces con la oscuridad que hay tras el mundo de luces y estrellas del espectáculo y a cómo a veces es el propio sistema el que nos condena a una vida de frustraciones y sueños rotos.

A nivel argumental guarda coincidencias con lo que ya vimos en X, con la historia de sus protagonistas buscando la fama y el éxito a través del mundo del cine pornográfico, para lo que se trasladaron a la granja de la anciana Pearl y fueron víctimas de sus heridas vitales. Pero, como digo, aquí se narra con un aura más triste, reflexiva e impactante en lo dramático que deja de lado al terror. No hay más que ver secuencias como el monólogo de casi 8 minutos que tiene su protagonista, una escena rodada en un solo plano donde, con una capacidad interpretativa apabullante, Mia Goth se come la pantalla reflexionando sobre todo lo expuesto en la película y manteniéndonos al borde de la butaca con sus miradas tristes y de sufrimiento.

De hecho, aunque haya menos sangre y muertes que en su predecesora, el impacto de ver el sufrimiento del personaje de semejante manera te deja más afectado que cualquier escena sangrienta. Aunque tampoco se puede decir que sea una cinta exenta de escenas macabras, porque, una vez se desata la locura del personaje, asistimos a secuencias que son un completo deleite para los que les gusta un buen espectáculo gore.

Además, más allá de lo bien que atine en su tratamiento dramático y terrorífico, es una película sobresaliente a nivel cinematográfico. Puede que el terror aún no esté lo suficientemente bien considerado en terrenos académicos y que Ti West no sea un director que despierte pasiones fuera del género, pero lo que consigue en Pearl está al alcance de muy pocos.

Un claro ejemplo es el gran homenaje que teje al Hollywood dorado, a ese mundo glamouroso a ojos del espectador que esconde tanta oscuridad en su interior. Escenas como la reminiscencia a El Mago de Oz, con Pearl soñando con alcanzar el estrellato y huir de su aislamiento mientras baila con un espantapájaros, son experiencias catárticas, sobre todo por lo bien que juega con los códigos cinematográficos, el uso del color, los movimientos de cámara y los sentimientos en pantalla de su protagonista para hacernos sentir de primera mano su aflicción. Y es que fue tanto lo que me transmitió e impactó Pearl que me cuesta no posicionarla como mi película favorita de este 2022.

Pearl ya está disponible en plataformas VOD de EE.UU. mientras que esperamos conocer fechas de estreno en el resto de países próximamente. Recién a mediados de noviembre supimos que Universal Pictures había adquirido los derechos para distribuirla de manera internacional. Por ejemplo, en Inglaterra ya le dieron fecha para el 17 de marzo de 2023 así que no deberíamos tardar mucho en conocer cuándo llega a nuestros cines más cercanos. De momento, no olviden su nombre.

Más historias que te pueden interesar: