La experiencia "atroz" de Dakota Johnson con 'Cincuenta sombras' tira por tierra los mitos sobre Jamie Dornan

Dakota Johnson y Jamie Dornan estuvieron lejos de ser una pareja explosiva en la trilogía de Cincuenta sombras de Grey. Y que en una historia sexual tan extrema como esta fallara este punto tan importante fue sin duda un lastre para las adaptaciones cinematográficas de las novelas eróticas de E.L. James. Durante años se rumoreó que ambos les faltaba química, que nunca llegaron a conectar en las grabaciones o incluso que tenían una mala relación en la vida real, hechos que ellos siempre han negado y que nunca les ha hecho demasiado gracia.

Por ejemplo, en 2015, en una entrevista con E! Online, Dornan se mostró disgustado con toda esta rumorología, señalando que solo se trataba de historias que a la gente le gusta difundir por internet y que no tenían ninguna base real. “Les gusta crear un poco de tensión mientras se acerca a la película. Es una historia obvia. Sabes, si yo formara parte de ese mundo de inventar historias falsas, de pronto las empezaría en un blog… No, no lo haría. Nunca me convertiría en ese tipo de persona, pero entiendo por qué lo hacen, porque crea un poco de lo que sea y la gente en los blogs ama ese tipo de cosas”, señalaba.

Ahora, todos estos mitos pasan a convertirse automáticamente en papel mojado, porque Dakota Johnson ha hablado sin pelos en la lengua de lo que ocurrió realmente en los sets de rodaje de Cincuenta sombras. Y no ha tenido palabras demasiado agraciadas para describir esta experiencia, pero nos ha dejado claro que Dornan y ella estuvieron lejos de tener una mala relación laboral durante las grabaciones.

Jamie Dornan y Dakota Johnson en la premiere de 'Cincuenta sombras liberadas' (Foto: Stephane Cardinale - Corbis/Corbis via Getty Images)
Jamie Dornan y Dakota Johnson en la premiere de 'Cincuenta sombras liberadas' (Foto: Stephane Cardinale - Corbis/Corbis via Getty Images)

Según ha contado Johnson en una entrevista con Vanity Fair, cuando firmó para trabajar en Cincuenta sombras de Grey lo hizo para “hacer una versión muy diferente” de la película que terminaron haciendo. La actriz pone el foco en E.L. James, la autora de las novelas, que pasó a ejercer un control creativo extremo que derivó a las discusiones y al caos. “Tenía mucho control creativo, todo el día, todos los días, y solo exigía que sucedieran ciertas cosas”, admitió Johnson. “Había partes de los libros que simplemente no funcionarían en una película, como el monólogo interior, que a veces era increíblemente cursi. No funcionaría decirlo en voz alta. Siempre fue una batalla. Siempre".

Pone el ejemplo de los continuos cambios de guion, del tener que rodar escenas de más por deseo de E.L. James o de la marcha de la directora Sam Taylor Johnson por sus desacuerdos con la escritora, que tras la primera película fue sustituida por James Foley. “Hacíamos las tomas de la película que Erika [E.L. James] quería hacer, y luego hacíamos las tomas de la película que queríamos hacer”. La noche anterior, reescribía escenas con el diálogo anterior para poder agregar una línea aquí y allá. Era como el caos todo el tiempo”, continuaba. “James Foley pasó a dirigir y es un hombre interesante. Era diferente hacer esas cosas extrañas con un hombre detrás de la cámara. Simplemente una energía diferente”, afirmaba sobre el cambio en la dirección en la segunda película.

En sus palabras tiene un hueco importante para Dornan, del que destaca que siempre estuvieron bien trabajando juntos. La actriz lo justifica haciendo referencia a las escenas sexuales tan extravagantes que tuvieron que rodar, lo que cree que hubiera sido imposible de realizar si no hubieran hecho un buen equipo. Además, ante el ambiente incómodo que se respiraba en el rodaje, hubo momentos en los que ambos se unieron para oponerse a rodar determinadas escenas o ángulos.

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“Nunca hubo un momento en que no nos lleváramos bien”, dice ella. “Sé que es raro, pero él es como un hermano para mí. Lo amo tanto, tanto, tanto. Y estábamos realmente allí el uno para el otro. Teníamos que confiar realmente el uno en el otro y protegernos unos a otros”, afirmaba. “Estuvimos haciendo las cosas más extrañas durante años y necesitábamos ser un equipo: 'No vamos a hacer eso' o 'No puedes hacer ese ángulo de cámara'".

Con estas declaraciones, queda claro que Johnson y Dornan no fueron el problema de Cincuenta sombras, tirando por la borda todos los mitos que siempre han rondado en boca de los espectadores. Ambos conectaron, tuvieron una muy buena relación laboral y sacaron adelante un proyecto que no cualquiera hubiera sido capaz de afrontar. La raíz de la cuestión se encuentra en el ambiente extraño que se vivió en aquellas grabaciones, al que Johnson no duda en referirse como “psicótico” y “aterrador”. Trabajar bajo estas condiciones no es del agrado de nadie, y aunque la actriz señala que no se arrepiente de haber hecho estas películas, es innegable que esa desconexión entre ambos protagonistas vino determinada por la imposibilidad de actuar en un marco adecuado. Si hay tensión, discusiones, cambios continuos y tienes que rodar escenas de sexo bastante extremas, cualquiera hubiera caído en los mismos errores que Dakota Johnson y Jamie Dornan.

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