Conoce los secretos mejor guardados de la boda de la princesa Diana y el príncipe Carlos

Conoce los secretos mejor guardados de la boda de la princesa Diana y el príncipe Carlos

La historia que empezó como un cuento de hadas entre el príncipe Carlos de Inglaterra y la princesa Diana le ha dado la vuelta al mundo por generaciones y es una de las más icónicas en la historia de la realeza.

Tras haber sido expuesta ante millones de personas años después, parecía que todo se había dicho sobre la legendaria expareja. Pero ahora, cuarenta años después de que ambos se dieron el "Sí, acepto" en la Catedral de San Paul de Londres, salen a relucir nuevos secretos sobre el grandioso día en que Carlos y Diana se convirtieron en marido y mujer.

La diseñadora Elizabeth Emanuel recuerda cómo la joven novia transformó su figura días antes de su esperado enlace. La princesa bajó tanto de peso que su majestuoso vestido tuvo que ser alterado a última hora.

"Terminamos con una [medida de] cintura de 23 pulgadas, de 26 o 27 pulgadas", reveló la diseñadora a People.

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Terry Fincher/Princess Diana Archive/Getty Images

En su autobiografía publicada años más tarde, la princesa confesó que una semana después de su compromiso con el codiciado soltero, empezó a sufrir un trastorno alimenticio y resaltaron sus problemas con la bulimia que llevaron a su baja de peso antes de su boda. "Mi esposo puso sus manos en mi cintura y dijo: 'Oh, [estamos] un poco rellenita por aquí, ¿no crees?'. Y eso desencadenó algo en mí…. no me gustaba, me avergonzaba y no podía lidiar con las presiones. Tuve bulimia por varios años y esa es una enfermedad secreta. Es un patrón repetitivo, el cual es muy destructivo", dijo Diana de Gales, quien tras fortalecerse emocionalmente un tiempo después, recobró su equilibrio y salud.

Samir Hussein/WireImage

Entre otras situaciones que vivió la nerviosa novia, de entonces 20 años, el día del su enlace: la princesa accidentalmente derramó mucho perfume sobre su grandioso vestido y cuando caminó hacia el altar dejó el olor de su perfume favorito por donde pasaba.

De acuerdo a su maquillista, Barbara Daly, la princesa derramó la fragancia cuando intentó perfumarse sus muñecas. El perfume manchó el vestido y la princesa tuvo que cubrir la mancha durante la ceremonia televisada para evitar que fuera vista por Carlos.

Hulton-Deutsch Collection/CORBIS/Corbis via Getty Images

Los secretos mejor guardados de la ceremonia precisamente tienen que ver con el espectacular vestido de novia que ahora se encuentra en exhibición en el Palacio de Kensington.

Según la dama de honor India Hicks, sobrina del príncipe, Diana simplemente le pidió que hiciera lo mejor posible a la hora de llevar la cola de 25 pies de largo.

"Sabíamos lo que eso significaba: si jalamos demasiado para enderezar el material, su tiara y velo se caerían. Pero si no jalábamos lo suficiente, el efecto de la cola se perdería", escribió la joven para la revista Harper's Bazaar.

El vestido también contaba con un amuleto secreto a petición de Diana. La princesa habría pedido que una herradura de 18 quilates de oro fuera escondida en su inmenso traje.

"[El vestido] fue el cumplimiento de la fantasía de la princesa", aseguró la biógrafa Tina Brown a Vanity Fair. "Ella insistió que fuera de mangas bombachas y seda flotante, con una cola de 25 pies de larga en tafeta, apretado de la cintura y con encaje lleno de perlas y lentejuelas".

Fox Photos/Hulton Archive/Getty Images

La reina Isabel también hizo algunas peticiones que tuvieron que ser cumplidas. El florista David Longman aseguró al diario Express que la reina extravió su ramo de flores en su propia boda, por lo que empezó la tradición de llevar dos ramos a futuras ceremonias para evitar que la historia se repitiera.

"Creamos dos ramos. El primero se entregó a las 8 de la mañana en el Palacio Buckingham. Tuvimos una escolta policial que nos llevó por toda la ciudad hasta el palacio", aseguró Longman. "Luego regresamos y para ese entonces ya habían terminado el segundo ramo y tuvimos que volver [al palacio] nuevamente".

Ya en la iglesia, los nervios se apoderaron de la princesa, quien tuvo un pequeño percance a la hora de decir sus votos. Diana cambió por completo el nombre del príncipe llamándolo Felipe Carlos, en vez de Carlos Felipe. Aunque para ser justos, el nombre completo del príncipe es Carlos Felipe Arturo Jorge —así que con tantos apelativos cualquiera se equivocaría.