Zelenski se huele una encerrona de Trump con su plan de paz para Ucrania

La expresión línea roja sirve para señalar los límites de una acción y con ella se expresa aquello que se considera inaceptable. En los más de 18 meses que llevamos de guerra en Ucrania, tanto Putin como Zelenski han dejado claro en todo momento cuáles son sus líneas rojas, impidiendo la resolución del conflicto.

Mientras que para Rusia es innegociable renunciar a los lugares conquistados en el Donbás, para Ucrania lo es ceder territorio para alcanzar la paz. Dos posiciones totalmente enfrentadas que hacen que a día de hoy un acuerdo entre las dos partes sea imposible. De esta manera, se sigue extendiendo el conflicto, pese a que desde hace meses vive un gran estancamiento, con ninguno de los contendientes consiguiendo avances significativos.

El presidente ucraniano Zelenski.(Photo by Michael Kappeler/picture alliance via Getty Images)
El presidente ucraniano Zelenski. (Photo by Michael Kappeler/picture alliance via Getty Images)

Con una situación tan enquistada, cualquier intervención internacional puede servir para lograr algún avance de cara a negociar y la figura de Donald Trump emerge en el horizonte.

El magnate aspira a presentarse nuevamente y volver a la Casa Blanca, después de sus cuatro años de mandato y su derrota en 2020 ante Biden. Ahora mismo es el principal favorito para ganar los comicios de 2024, por lo que en poco más de un año podría ser presidente estadounidense nuevamente.

Y se ha pronunciado sobre la guerra de Ucrania. Como suele ser habitual en él, lo ha hecho de manera grandilocuente, asegurando que puede llegar a un acuerdo con Zelenski y Putin para poner fin a la guerra ucraniana en solo 24 horas.

Aunque no ha dado muchos detalles, sí que ha dejado claro que sería "un trato justo para todos", además de dar algunas pistas sobre sus intenciones.

"Hay cosas que se podían haber negociado. Había ciertas partes, Crimea y otros partes del país, que mucha gente esperaba que ocurriera. Podías haber hecho un trato. Un trato en el que había menos territorio que el que ha conquistado actualmente Rusia", profundizó.

Se desconoce si este es exactamente el milagroso plan de Trump, con el que promete acabar la guerra en tan solo un día, pero lo que sí es seguro es que para Ucrania es una línea roja absoluta. La propuesta es ceder Crimea y otras partes del territorio, algo a lo que ya se ha negado tajantemente Zelenski.

"Si la idea es cómo tomar parte de nuestro territorio y entregárselo a Putin, esa no es la fórmula de paz”, ha señalado de forma rotunda en una entrevista.

Hasta ahora, Ucrania ha recibido un importantísimo apoyo de Estados Unidos en la guerra, a través del envío de armamento y dinero, pero esta situación puede cambiar próximamente. Una facción republicana de la Cámara de Representantes es hostil a proporcionar cualquier ayuda militar adicional y no está claro el envío de nuevos fondos.

Este momento de tensión se une a la decisión de Polonia de dejar de suministrar armas a Ucrania debido a la disputa entre Varsovia y Kiev por el cereal. Si Estados Unidos tomará una decisión semejante y no es descartable porque los republicanos tienen la mayoría en la Cámara de Representantes y aspiran a recuperar el Gobierno, las posibilidades de Ucrania en el conflicto se debilitarían considerablemente, pudiendo llegar a un callejón sin salida.

La Administración Biden ha sido un importante apoyo para Ucrania hasta ahora. (Photo by Artur Widak/NurPhoto via Getty Images)
La Administración Biden ha sido un importante apoyo para Ucrania hasta ahora. (Photo by Artur Widak/NurPhoto via Getty Images)

En este escenario, quizás, Zelenski tendría que modificar sus líneas rojas y aceptar la cesión de territorio, como es el caso de Crimea. Curiosamente, Estados Unidos, tiene la sartén por el mango, ya que puede fortalecer a Ucrania con su apoyo o debilitarla con su retirada.

Faltan todavía muchos meses hasta las elecciones de Estados Unidos y ese periodo de tiempo es un mundo en política, pero lo que hoy parece imposible, puede ser posible a medio plazo. Para eso, primero Trump debe ganar las elecciones y después habrá que valorar el momento en el que está el conflicto. Lo que queda claro es que no sería la primera vez en la historia en la que una línea roja se convierte en verde.

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