El problema de China con la bajísima efectividad de la primera dosis de su vacuna

La pandemia de coronavirus ha obligado a las farmacéuticas a trabajar contrarreloj para encontrar una vacuna contra la covid-19. Una situación inaudita en la historia que ha mostrado la capacidad de la ciencia para hallar soluciones a los problemas que van surgiendo.

Actualmente en la Unión Europea están aprobados cuatro compuestos (Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen) y se espera que en los próximos meses lleguen más. En otros países además se utilizan las vacunas chinas y la rusa. Sin embargo, no todas ellas tienen la misma efectividad y las desarrolladas en el gigante asiático se están encontrando con numerosos problemas.

Las vacunas chinas están mostrando un bajo nivel de protección ante el coronavirus. (Photo by Naveen Sharma/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)
Las vacunas chinas están mostrando un bajo nivel de protección ante el coronavirus. (Photo by Naveen Sharma/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

Tal y como ha anunciado Gao Fu, director del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, los compuestos desarrollados en el país no tienen “tasas de protección muy altas”, lo que está provocando que las autoridades chinas estén considerando opciones como modificar los intervalos de aplicación o combinar vacunas para lograr un mejor resultado.

Cabe recordar que actualmente las inyecciones de Sinopharm y de Sinovac, ambas compañías estatales, han sido exportadas a al menos 45 países, principalmente asiáticos, africanos y latinoamericanos. Por ejemplo, la efectividad de la segunda ha mostrado alcanzar apenas un 50,4% en la prevención de infecciones sintomáticas tras la administración de las dos dosis, según un estudio brasileño. En ensayos, la cifra se elevaba al 79%.

El dato más preocupante sin embargo es el que tiene que ver con la administración de la primera dosis. Un estudio de la Universidad de Chile, país muy avanzado con la vacunación y que ha contado precisamente con este compuesto de forma importante, ha señalado que la eficacia entre la primera y la segunda inyección apenas es del 3%.

¿Qué significa esto? Que apenas hay diferencia entre haberse puesto la primera dosis y no haberlo hecho, ya que las probabilidades de desarrollar una infección grave por coronavirus son las mismas en caso de contagio (salvo ese reducido 3%). Tampoco serviría para frenar los positivos, tal y como ha ocurrido en países como Israel, Reino Unido o Estados Unidos que van avanzados en la vacunación.

Para conseguir un cierto grado de protección hay que esperar los 28 días necesarios hasta ponerse la segunda dosis y ya dos semanas después de ese segundo pinchazo se alcanza una cierta inmunidad. Ese 50,4% de antes, aunque hay que señalar que se reduce en un 83,7% la necesidad de ser hospitalizado por coronavirus y en un 100% la de morir, según ha señalado ese mismo estudio brasileño.

Conviene recordar que la vacunación no evita el contagio. Las vacunas sirven para no desarrollar infecciones graves, pero aun estando vacunado es posible contagiarse de coronavirus.

Estos datos del compuesto chino contrastan con los de otras vacunas. Ese 50% de efectividad se eleva por encima del 90% con los compuestos de Pfizer, Moderna o Sputnik tras las dos dosis.

Además, la tan denostada en Europa vacuna de AstraZeneca ofrece una protección del 70% ya después de la primera dosis. Por ponerlo en contexto, solo con una inyección de la farmacéutica anglo-sueca se obtendría mayor seguridad de no desarrollar síntomas graves (70%) que con las dos dosis del compuesto chino (50,4%).

Chile está inmerso en una ola de contagios pese a su elevada velocidad de vacunación. (Photo by MARTIN BERNETTI/AFP via Getty Images)
Chile está inmerso en una ola de contagios pese a su elevada velocidad de vacunación. (Photo by MARTIN BERNETTI/AFP via Getty Images)

El curioso caso de Chile

Esta debilidad de las vacunas chinas puede explicar en parte qué está pasando en Chile. El país sudamericano es todo un referente en la región en lo que se refiere a vacunación. Hasta el momento se han administrado 12 millones de dosis, lo que significa que casi 63 personas de cada 100 han recibido al menos la primera inyección, según Our World in Data. Unas cifras muy elevadas para un país que no llega a los 20 millones de habitantes.

Sin embargo, el país chileno está sufriendo un repunte de contagios que es muy pronunciado, con picos de hasta 9.000 positivos diarios, lo que se traduce en las peores cifras de toda la pandemia. Una situación que ha obligado a las autoridades a volver a las restricciones.

Chile bate récords de contagio en la pandemia (Worldometers.info).
Chile bate récords de contagio en la pandemia (Worldometers.info).

Este aumento de los contagios se explica en parte por una falsa sensación de seguridad tras la vacunación que ha hecho que los chilenos bajen la guardia. Pero también puede haber sido importante la escasa influencia que tienen los compuestos chinos en el desarrollo de protección, especialmente tras la inoculación de la primera dosis.

Por tanto ahora la pelota está en el tejado de las autoridades chinas que deben estudiar de qué manera sus dos compuestos pueden garantizar una mayor inmunidad. La carrera contra el coronavirus persiste y su capacidad para mutar pone a prueba la capacidad de la ciencia de ir anticipándose a los cambios experimentados por el virus.

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