El poder sanador de la música clásica para los momentos de tristeza y abatimiento

Symphony concert, a man playing the cello, hand close up
Músicos tocando instrumentos de cuerta (Cello al frente y violín detrás) en concierto sinfónico (Getty Images)

El encierro ya no es una novedad. Y en la medida en que los días pasan, la sensación de aislamiento y desesperanza se expande junto a la incertidumbre de lo que traerá el mañana.

Es posible que para alejar la angustia has intentando hacer ejercicio, te has apuntado a algún curso online y has pasado horas sumergida en la fantasías de la series y películas que ofrecen las plataformas de streaming.

Pero si nada de eso funciona para levantarte el ánimo quizás sea el momento de darle una oportunidad a una opción atemporal: la música clásica.

Mientras escribo estas líneas escucho el primer playlist de música clásica que conseguí en Spotify. No soy amante de ese género y definitivamente no tengo a Tchaikovsky en mis listas de reproducción

Pero cada una de las piezas que escucho de Bach, Beethoven, Debussy me enternecen como si estuviera compartiendo historias junto a viejos amigos.

Y al parecer no soy la única en sentirse acompañada con los acordes de los clásicos. Una encuesta realizada por the Royal Philharmonic Orchestra durante la pandemia señaló que 3 de cada 10 entrevistados (35 por ciento) se han sentido relajados y calmados al escuchar música clásica durante la cuarentena. Otro 18 por ciento dijo que la música orquestal levantaba su ánimo en los momentos de preocupación.

El estudio también determinó que algunos consultados (14 por ciento) escuchaban música clásica para concentrarse y sentirse productivos mientras trabajaban desde casa.

Y un pequeño grupo (el 10 por ciento) ha sentido que es el momento de aprender a tocar un instrumento musical.

Aunque no se trata de un estudio completamente imparcial porque fue patrocinando por una orquesta, el sondeo se realizó de manera científica e intentó tomar una muestra representativa de 2.110 adultos británicos. Alrededor de la mitad de los entrevistados (51 por ciento) dijo disfrutar cuando escucha música orquestal en casa, cifra muy superior al 22 por ciento de los que respondió lo mismo en la primavera de 2018.

Otro hallazgo interesante es que un 55 por ciento de los jóvenes entre 18 y 25 años dijeron escuchar eventualmente música clásica. Mientras que el 60 por ciento de los encuestados entre 25 y 35 años afirmaron escucharla. La tendencia disminuye entre los adultos mayores, ya que el 51 por ciento de las personas con más de 65 años dijeron escuchar música orquestal de manera habitual.

Valores y estructura

El director designado de la Royal Philharmonic Orchestra, Vasily Petrenko, dijo sobre los resultados: "La cultura y el arte le da sentido a nuestras vidas y nos convierte en los seres humanos que somos y da estructura y sentido a la sociedad que creamos; nos ofrece valores reales y llena nuestra existencia emocional y mental".

Para Petrenko, en los días más difíciles de la historia de la humanidad, en los eventos más dramáticos, las guerras y las epidemias más devastadoras, las artes, y quizá especialmente la música, nos eleva el espíritu. "La música se convirtió en un símbolo de resiliencia, heroísmo y confianza en nosotros mismos".

El estudio sostiene que en un momento de gran angustia e incertidumbre, el género orquestal ha ayudado a las personas. Los músicos serán claves en la reconstrucción de la sociedad y ayudar a las personas a mejorar su salud mental.

La encuesta, realizada por la firma Maru Blue en abril de 2020, se suma a la larga lista de investigaciones que enfatizan los múltiples beneficios de la música clásica para la salud: reduce la presión arterial, mejora la memoria, alivia el dolor, mejora la calidad del sueño, estimula la creatividad, reduce el estrés y la ansiedad.

¿Burbujas para el espíritu?

Pero qué es lo relajante de la música clásica, se preguntó el crítico musical Michael Andor Brodeur en the Washington Post.

“Ciertamente no hay una regla que diga que la música sea como un baño de espuma”, dijo el experto que pasó una semana manejando sus ansiedades de la pandemia entre las maderas oscuras de Richard Wagner y las explosiones cegadoras de Krzysztof Penderecki (el compositor polaco de la aterradora “Threnody for the Victims of Hiroshima”) y no se sintió como si estuviera en un spa. “Me sentí como toda la panoplia de mis ansias y terrores reflejadas hacia mí desde mi ordenador. Me sentí comprendido”.

Así que quizá la palabra no sea “relajante”. Pero Brodeur considera que hay un alivio en reconocer las emociones que sentimos en este momento en una música compuesta hace cientos de años. “En momentos de crisis, buscamos en la música respuestas que no se pueden pronunciar. Y eso tiene mucho menos que ver con la música que está escrita en la partitura que con lo que representa: permanencia”.

Brodeour nos dice que la música clásica nos permite escuchar algo hermoso, pero también nos da una experiencia de certeza, una estructura en la que confiamos, algo que funciona bien.

Así que si te sientes aislado, triste y acongojado por la pandemia, no es mala idea que invites a Mozart, a Chopin, Gershwin a hacerte compañía. Ellos podrían brindarte alivio y estabilidad.