Los mexicanos que crean objetos del deseo que parecían imposibles

Existen productos que al verlos lo primero que viene a la mente es que fueron hechos en algún lugar del primer mundo. En el caso del diseño e impresión, la complejidad de ciertos empaques le traen a uno la idea de que esa caja, etiqueta o póster pudo tener origen en algún punto del planeta como Japón, Suecia, Italia o EEUU. Cosas de malinchismo y lugares comunes. Porque la verdad es que muchos de ellos están hechos en México, bajo un sello que en este mundo de tintas y materiales ya es toda una referencia: Red Pepper.

Esta empresa mexicana con más de una década de vida surgió en una casa, con más exactitud, en el hogar de Verónica Avilez, una diseñadora gráfica que tras varios años de trabajar en la industria de la impresión decidió lanzarse al ruedo y fundar un concepto donde lo que prevaleciera no fuera el traslado de imágenes de una computadora a una superficie física, sino la experiencia que ese objeto creado pudiera dar.

En ese sentido, si uno le pregunta qué vende, la respuesta es experiencias, ideas y conceptos materializados en un producto final cuyo objetivo trasciende más allá del punto para el que fueron creados. Se dice fácil, pero los que saben de estas cosas están conscientes que en México, en el caso de los empaques para grandes marcas, existe más bien un proceso de maquila, una repetición de algo creado en esos países donde los genios del diseño les han dado renombre.

Red Pepper / Yahoo Noticias
Verónica Avilez, directora general de Red Pepper / Yahoo Noticias

Pero es aquí donde surge el talante (y talento) mexicano, de ese que ha hecho realidad lo que para otros es simplemente imposible. Aunque para ellos se han vuelto anécdotas, pasajes curiosos que narran con mucho orgullo.

Uno de esos es un producto hecho para una franquicia de la National Football League (NFL). No solo porque significó jugar en las grandes ligas, sino porque acabaron resolviendo la necesidad de un cliente que quería invertir dinero para atraer más dinero. El diseño, de ese empaque, que incluyó, aunque usted no lo crea, una porción de pasto sintético similar al de un emparrillado, significó para Red Pepper ganar el premio internacional HP Inkspiration Awards (uno de los dos que tienen), mientras los juegos de temporada regular del futbol americano en México dan cuenta de que algo de negocio debió haberse logrado, al mismo tiempo que esas cajas se han vuelto objeto del deseo para coleccionistas, tanto por lo que son, por como se ven y por lo que contienen.

Quizás aquí tendríamos que añadirle que los productos que acaba elaborando esta empresa terminan por convertirse en eso, en objetos de deseo del que después nadie se quiere desprender. Les pasó para un proyecto encargado por una constructora. La idea era diseñar y construir un tipo de estuche para entregar las escrituras (títulos de propiedad) a los nuevos dueños de casas y departamentos. Un simple folder habría servido, pero si hubieran querido eso no hubieran acudido con ellos, que terminaron fabricando una caja con múltiples compartimentos con espacio para copas de cristal y una botella de vino. Porque estrenar casa es digno de celebrar. Pero es hora que esas botellas no se abren porque los destinatarios quisieron conservar todo intacto. Seamos honestos, Steve Jobs estaría orgulloso de ellos.

Y Guillermo del Toro también, porque si él demostró que se le podía enseñar a hacer cine a Hollywood, los de Red Pepper le fueron enseñar a Xerox cómo usar su propio invento: la iGen 5 Press, una máquina de impresión que parecía tener sus límites, hasta que llegaron los mexicanos.

Red Pepper / Yahoo Noticias
Red Pepper / Yahoo Noticias

El grado de complejidad alcanzado en la impresión hecha en México fue tal que uno de los desarrolladores no podía creer que eso podía hacer su propia invención. Ahí le abrieron un mundo de posibilidades a los que se suponía eran los maestros, llevando su historia de éxito al equipo de Xerox en Rusia, una historia que ha servido de inspiración (y también de reto y sana competencia) hacia sus colegas de otras partes del mundo a quienes la marca, con bastante picardía de por medio les dice: “esto están haciendo los mexicanos, ¿qué están haciendo ustedes?”. Ahí surgieron los Magos Rojos, como ahora se les conoce a los Red Pepper en ese mundo.

Han pasado 12 años desde que Red Pepper surgió en la sala de la casa de Verónica Avilez y en ese periodo ya se han hecho acreedores de 14 Premios Nacionales de las Artes Gráficas, demostrando a México, Latinoamérica y el mundo entero que con tecnología se pueden lograr grandes cosas, pero cuando le añades talento, ingenio y creatividad se consigue lo imposible.