Racismo, disparidad económica y pandemia agravan salud mental de latinos

Denver (CO), 28 ene (EFE News).- La pandemia de covid-19 ha agravado la salud mental y deteriorado el bienestar general de los latinos de Estados Unidos, profundizando una histórica crisis causada por racismo y disparidades socioeconómicas, afirmaron este jueves en rueda de prensa expertos de la Universidad de Nebraska en Omaha (UNO).

“Según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI), una experiencia compartida por las comunidades de color es enfrentar racismo, discriminación y desigualdad, lo que puede afectar significativamente la salud mental de las personas”, indicó la doctora Charmayne Adams, profesora de UNO y consejera profesional.

“Ser tratado como ‘inferior’ o percibido como tal por el color de la piel puede ser estresante e incluso traumatizante. Además, los miembros de las comunidades de color pueden tener dificultades para acceder a cuidados y tratamientos o experimentar diferencias socioeconómicas que empeoran su salud mental”, agregó.

Datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, compartidos durante la rueda de prensa, indican que el problema afecta de manera preponderante a los jóvenes (muchos de ellos, latinos) en zonas rurales, cuyo índice de suicidio y de intentos de suicidio es superior al promedio nacional.

Específicamente, según los CDC, el índice de latinos jóvenes (16 a 24 años) que se sienten tristes, desesperados, inútiles o sin energía para enfrentarse a la vida es de 2 a 6 veces superior al de las personas blancas con esos mismos sentimientos.

Uno de esos jóvenes, Alex Carmona, de padres mexicanos y residente en Nebraska, compartió en un vídeo pregrabado su difícil experiencia de tratar de hablar con sus padres sobre su salud mental.

“Los padres hispanos nunca tuvieron ansiedad o depresión. Mis padres no saben y no entienden qué es. Para ellos es tabú. Yo necesito hablar con alguien que entienda mi enojo y frustración. Todos somos humanos, pero no podemos abrirnos a cualquier persona, especialmente no en la comunidad latina. La salud mental es tabú en nuestra cultura”, aseveró.

Aunque simpatizando con esa postura, Miguel Estévez, profesional de salud mental en Grand Island, Nebraska, e hijo de padres de Guatemala y El Salvador, matizó subrayando que existe un “malentendido” sobre la capacidad de los padres latinos de hablar sobre salud mental debido a que los latinos “somos muy comunitarios”.

Sin embargo, Estévez aconsejó que los jóvenes latinos que sientan que deben hablar con alguien sobre su bienestar mental primero lo hagan con amigos y compañeros, pero no con los padres. Luego, de ser necesario, deben buscar a “un adulto de confianza” y, si el tema persiste, ayuda profesional.

A la vez, dijo Estévez, los padres latinos deben educarse sobre cómo hablar de salud mental y las escuelas o iglesias deberían ofrecer educación sobre ese “muy difícil tema”.

Y aunque existen numerosos recursos locales y nacionales de salud mental y prevención del suicidio, incluyendo el número 1-800-273-TALK (8255), pocos son los latinos que acceden a esos servicios.

Cabe mencionar que, para revertir esa situación, algunos estados, como Nueva York, ahora permiten que los servicios de telemedicina incluyan acceso a cuidados o tratamientos de salud mental. Esa medida, según una encuesta publicada el miércoles por el Consejo de Familias y Agencias de Cuidado Infantil de ese estado, ha resultado exitosa especialmente entre familias latinas y afroamericanas.

Pero sea en persona, por teléfono o de manera virtual, se debe buscar ayuda profesional “antes de que la ansiedad llegue a depresión”, enfatizó la doctora Adams.

"No existe una métrica para determinar cuándo pedir ayuda profesional. Cada uno sobrelleva las dificultades de manera distinta y con recursos distintos. Pero si la situación mental afecta múltiples dimensiones de la vida, como relaciones, comer, dormir, trabajar o recrearse, se debe pedir ayuda inmediatamente”, explicó.

(c) Agencia EFE