En plena campaña por su reelección, una exmodelo denuncia al presidente Donald Trump por abuso sexual

Una exmodelo estadounidense acusó al presidente Donald Trump de haberla agredido sexualmente en septiembre de 1997, durante el torneo de tenis US Open de Nueva York. Amy Dorris habló en exclusiva con el diario británico The Guardian y aseguró que el republicano la abordó en las afueras del baño del palco VIP, la besó sin su consentimiento y la agarró con fuerza para que ella no pudiera escapar.

Tras el episodio, que ocurrió hace más de veinte años, la mujer aseguró sentirse "enferma" y "violada". Entonces tenía 24 y estaba en el lugar junto a su novio, Jason Binn. Hoy, a sus 47, reveló que el mandatario de Estados Unidos, 27 años mayor, la abordó por sorpresa, le metió la lengua en la boca a la fuerza y la sostuvo firme.

"Simplemente empujó su lengua por mi garganta mientras yo intentaba apartarlo. Después me agarró más fuerte y puso sus manos por mi trasero, mis pechos, mi espalda, todo", confesó Dorris. "No podía salir. No sé cómo se llama cuando se mete la lengua en la garganta de alguien. Pero lo empujé con los dientes. Creo que podría haberle lastimado la lengua", agregó.

"Inicialmente pensé que estaba esperando para ir al baño, pero no era el caso desafortunadamente", contó y afirmó que cuando el magnate se le aproximó, ella se negó, que le pidió que se fuera, que le dijo: "No, por favor detente", pero que a él no le importó. "Cada vez que alguien dice que no, no significa que no. Pero eso no funcionó para mí. No fue suficiente", indicó la mujer, que añadió que tras la agresión quedó "en estado de shock". "Me sentí violada pero no lo pude procesar. Solo traté de volver al palco para hablar con todos y pasar un buen rato".

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Al ser consultado sobre lo ocurrido, Trump, a través de sus abogados, negó categóricamente las acusaciones en su contra. Incluso sus representantes indicaron que una denuncia como esta, a semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, parecen responder a motivaciones políticas.

Por su parte Dorris, quien vive en Florida, proporcionó pruebas para respaldar su relato, incluido su entrada del US Open y seis fotos que la muestran con el exmagnate inmobiliario en Nueva York. Asimismo presentó a amigos como testigos de su confesión. En ese momento Trump tenía 51 años y estaba casado con su segunda esposa, Marla Maples.

Esta no es la primera vez que Trump es denunciado por abuso. De hecho Dorris aseguró que cuando se conocieron casos en 2016 pensó en hacer público el suyo pero confesó que no se atrevió porque tenía miedo de exponer y lastimar a su familia, especialmente a sus dos hijas.

"Ahora siento que mis hijas están a punto de cumplir 13 años y quiero que sepan que no deben dejar que nadie les haga algo que no quieran. Prefiero ser un modelo a seguir. Quiero que vean que no me quedé callada, que me enfrenté a alguien que hizo algo inaceptable. Yo no hice nada para animarlo a tocarme".

Por último, Dorris expresó: "Estoy harta de que se salga con la suya. Estoy cansada de estar callada. Es un poco catártico. Solo quiero sacar esto hacia afuera. Y quiero que la gente sepa que este es el hombre es nuestro presidente. Este es el tipo de cosas que hace y es inaceptable".

Otras denuncias

Desde que estalló la revolución del #MeToo en Estados Unidos para terminar con los abusos sexuales y de poder en la industria del espectáculo pero también en el país, al menos veinte mujeres denunciaron haber sido acosados o abusados por el republicano.

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Entre ellas Jessica Leeds, quien asegura que el magnate se propasó con ella durante un vuelo; Rachel Crooks, que a sus 22 años, en 2005, trabajaba como recepcionista en Bayrock Group, una firma inmobiliaria que tenía sus oficinas en la conocida Trump Tower, y que aseguró que la besó sin consentimiento; Kristin Anderson, una mujer que en la década de 1990 trabajaba en un bar de Nueva York y que contó que fue acosada cuando le metió la mano por debajo de la falda; o Alva Johnson, quien trabajó para su campaña presidencial de 2016 y aseguró que la besó sin su consentimiento en una pequeña reunión de simpatizantes, antes de un mitin de Florida.