Las medidas de Macron contra los antivacunas dan resultado

“Las restricciones pesarán sobre otros, aquellos que por razones incomprensibles en el país de Louis Pasteur, de la ciencia y la Ilustración, todavía dudan en utilizar la única arma disponible contra la pandemia: la vacuna”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, pronunciaba estas palabras el pasado 12 de julio con una clara advertencia a los antivacunas.

Las medidas de Macron han dado resultado y Francia bate récords de citas de vacunación. (Photo by BENOIT TESSIER/POOL/AFP via Getty Images)
Las medidas de Macron han dado resultado y Francia bate récords de citas de vacunación. (Photo by BENOIT TESSIER/POOL/AFP via Getty Images)

Solo siete días después, el centro de reservas médicas Doctolib se hacía eco de una cifra récord en las citas concertadas para la vacunación: en solo una semana 3,7 millones de franceses habían solicitado vez para inmunizarse frente a la covid-19.

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El impulso del discurso presidencial y de las medidas anunciadas para frenar la expansión de la variante Delta –tres veces más contagiosa y que supone ya más de la mitad de los casos en Francia– han permitido que tras diez días desde su anuncio ya esté previsto que al menos 4 millones de franceses acuda a un centro de vacunación antes de septiembre.

Entre otras normas, a partir de agosto quien quiera tomar un café en Francia tendrá que estar vacunado y para trabajadores sanitarios será obligatorio estar inmunizado como muy tarde a mitad del mes de septiembre. De esta manera, los sanitarios no vacunados a partir de la entrada en vigor de la norma no podrán ni trabajar ni cobrar.

El Gobierno de Macron ha visto necesarias este tipo de medidas en un país en el que menos de la mitad del personal de residencias de ancianos y enfermos de larga duración tienen la pauta de vacunación completa, según los últimos datos disponibles, y en el caso del personal hospitalario el porcentaje de vacunados no supera el 65%.

Por ello, desde el 1 de agosto, restaurantes, bares, centros comerciales, cines y medios de transporte de largo recorrido tendrán la obligación de exigir el certificado sanitario de vacunación o un test negativo –que tendrán que pagar tanto franceses como turistas extranjeros– en un país que cuenta con uno de los porcentajes más altos de personas reacias a vacunarse.

A solo doce días de que entren en vigor las medidas, solo cuatro de cada diez franceses tienen inyectada la pauta completa y poco más de la mitad de los franceses (56%) han recibido al menos una dosis de la vacuna. España, por ejemplo, cuenta con un 64% de personas vacunadas, de las cuales el 53% cuenta con la inmunización completa.

Comparación en la vacunación entre España y Francia. (Our World in Data)
Comparación en la vacunación entre España y Francia. (Our World in Data)

Discurso antivacunas en auge

El discurso antivacunas ha prendido con fuerza en plena pandemia en el país galo gracias a la difusión de noticias falsas en las redes sociales, en un terreno de cultivo ya de por sí propicio al rechazo de la inmunización.

En 2019, la consultora Gallup ya señaló a Francia como el país más reacio al uso de vacunas entre más de 140 países y, en 2020, tras el estallido de la pandemia, un sondeo de Ipsos reflejó que apenas el 40% de la población francesa estaba dispuesta a recibir la vacuna contra la covid-19, aunque ese número ha aumentado a más de la mitad (54%) en los últimos meses.

Además, investigaciones de la BBC han subrayado un aumento de casi un millón de personas en el número de seguidores de páginas que comparten contenido antivacunas en francés, desde los 3,2 millones de “me gusta” en redes sociales a los casi 4,1 millones.

Manifestaciones masivas en Francia contra la vacunación y el pasaporte sanitario. (Photo by Kiran Ridley/Getty Images)
Manifestaciones masivas en Francia contra la vacunación y el pasaporte sanitario. (Photo by Kiran Ridley/Getty Images)

Las páginas de este tipo alertan de que la democracia francesa se verá reemplazada por lo que llaman “dictadura sanitaria” y sus mensajes se han escuchado también en las calles, donde miles de manifestantes se han convocado en las últimas semanas para rechazar la generalización del certificado o “pass sanitario” con pancartas de “Macron dictador”.

Además, se han registrado ataques a centros de vacunación, vandalizados con mensajes adjuntos como “vacuna=nuevo genocidio”, pero la exigencia de certificados de vacunación para acceder a lugares de ocio parecen haber frenado el alcance de estos discursos, a juzgar por el extraordinario aumento en las citas para recibir una dosis.

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