Maduro y su foto con AMLO: cuando no te quieren, pero con que no te lo digan basta

Al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, las críticas y el repudio generado en varios sectores de la sociedad mexicana lo tienen sin cuidado. Él vino a México por su foto, en donde aún existe un gobierno que se la juega con la Doctrina Estrada y la política de no intervención y libre determinación de los pueblos, aunque eso signifique acabar con tu propio pueblo.

Por eso no desaprovechó la oportunidad. Y hasta, como diríamos los mexicanos, le midió bien ‘el agua a los camotes’, de tal forma que bien prevenido de que la fracción parlamentaria del PAN le jugaría una mala pasada, decidió que se le haría tarde y ‘casualmente’ no llegó a la ceremonia de investidura de López Obrador, evitándose así los gritos de ‘Dictador, dictador’ que todo mundo pudo escuchar, con una pancarta de su carita impresa incluida.

Mejor se fue a manchar manteles con el pipían y el axiote que no los tiene ni Ivanka, ahí en Palacio Nacional donde estratégicamente le pusieron unos espontáneos acólitos del juego bolivariano, ideal para que poco después subiera a twitter un video diciendo que en México lo aman casi igual que al Papa.

Porque México fue el escenario ideal. Después de tener en contra al gobierno de Peña Nieto ahora tiene a una persona que nunca le dirá que lo apoya, pero por lo menos no le dirá que hace mal, ni lo criticara, ni nada. Quizás más tarde no pueda hacerlo, pero ahora a López Obrador no le importa perder unos cuantos puntos de popularidad por tener de visita, no oficial, sólo para un simple guateque, a quien lidera un régimen que obliga al exilio a la gente no sólo por cuestiones económicas, sino también políticas y sociales.

Ya le dieron una probada de lo que aquí podría esperarle si un día se le ocurre hacer una visita con todas las de la ley. Ahora sólo fue una manchita en la fiesta de López Obrador en donde lo dejaron tomarse la foto y presumirla a todo el mundo. Como si hubiera visitado Disneyland. Eso era todo lo que quería. Y lo logró

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