México y nuestro ‘vulgus’ energético

VULGUS: Conjunto de personas que, en cada materia, no conocen más que la parte superficial.

Hemos caído en la trampa energética de nuevo, y no nos damos cuenta. A esta debemos catalogarla con las icónicas tentaciones siguientes, y en donde cae comúnmente un mercado.

Tener. Hacer lo que sea necesario para poseer un control de la energía, sin permitir que otros puedan arriesgar, limitando poseer tecnología, dinero y crecimiento en la infraestructura.

Placer. Tener la gula de tomar de las energías primarias más de lo necesario en función de tener un balance del cuánto, cómo y dónde se utiliza. Tomar en forma exagerada sin un fin crea un vacío en el futuro.

Poder. Creer que el control de la naturaleza lo tienen las leyes, normas y regulaciones realizadas, cuando ella es la que decide. El poder no es significado de control, deberá definirse como la capacidad de adaptar, entender y tener una misión del cómo deberá usar las energías primarias para su transformación por medio de tecnología, dinero y avances.

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Las tres tentaciones energéticas pueden llevar a borrar el fin único que fue creado a partir de la Revolución Industrial, contestar a las dudas del cómo puede tener comodidad en mi interrelación con el mundo, siendo que este ha cambiado en los últimos 365 días.

En nuestro país hemos tenido por muchos años, y actualmente muy presente, la tentación del poder, pero esta puede cambiar si entendemos que el fin único “es saber el cómo utilizar la energía para cada una de nuestras actividades”. Comprendiendo lo anterior entenderemos que podemos tener el placer de tomar las energías primarias en forma ordenada, y sobre todo con un mínimo costo de parte de la inversión pública, y siendo la parte privada la que pueda aportar y tener acceso a tecnología, capacitación, salarios y proyectos de largo plazo.

En Estados Unidos existen corporaciones sin fines de lucro que administran el suministro y distribución de energía eléctrica. Entre estas están el Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT), primer Operador de Sistema Independiente (ISO) del país en 1996, cuando se reorganizó de un consejo de confiabilidad a un ISO.

ERCOT programa la entrega de energía en una red eléctrica conectada por más de 46,500 millas (74,400 kilómetros) de líneas de transmisión y alrededor de 700 unidades de generación. Una de las características clave es su red eléctrica estrictamente controlada; tiene pocas conexiones a redes fuera del estado.

Texas tiene una demanda en promedio de alrededor de 40,000 MegaWatts por hora.

Estos datos indican que el estado comparado con nuestro país tiene una mayor respuesta, y una mejor coordinación respecto a nosotros. Enfatizo: estado contra país.

El mercado energético de una nación, sin una definición o un plan bajo una misión, dentro de diez años estará destinado a ser parte de la codependencia mundial energética.

Hoy el negocio ha sido por muchos años la comercialización del crudo para ser transformado en su mayoría en portador de energía, como los combustibles para el transporte. Ahora el primer mensaje que nos da el mercado regionalizado entre Canadá-Estados Unidos-México, es que el gas natural será la polémica, discordia y peso específico sobre el crecimiento de una nación.

¿Por qué? Todas nuestras actividades necesitan electricidad: hogares, comercios, industria y, dentro de poco, en su mayoría en el transporte. Siendo del 2021 en adelante la generación a base de gas natural.

Del 2030 al 2060 el negocio del gas natural será un hecho, y el que tenga su propia producción cubierta o más del 70 por ciento, no será codependiente de su vecino. Recordemos que este mercado es regionalizado y que el gas natural licuado sustituirá en volumen en el transporte mundial al crudo en 2040.

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Hoy indica la Auditoría Superior de la Federación que hay una diferencia por la cancelación de una obra por 331,000 millones de pesos. Este dinero representa un monto que no fue empleado para poseer materias primas, y en función de un poder dejamos de tener placer energético. Con el 10 por ciento de esta cantidad podríamos disminuir entre un 40 y 50 por ciento la codependencia del gas natural al realizar actividades en la Cuenca de Burgos para la extracción de gas seco en cuencas convencionales, y con otro 10 por ciento más de ese monto poder dejar atrás la fase de exploración en yacimientos no convencionales, en forma anualizada de inversiones públicas o privadas.

El objetivo de esto será poder tener un desarrollo económico en primer lugar dentro del país, y después planear un crecimiento dentro del mercado mundial que existe entre las naciones. Pero sin energía, el placer de saber que somos competitivos nunca existirá al no haber un acuerdo en común entre todas las partes.

Actualmente se podría decir que se están dando los primeros pasos, pero no los suficientes como la inauguración del centro de almacenamiento en Veracruz de petrolíferos, de donde la secretaria de Energía comentó: “Valero, que es la que va a surtir de combustibles a esta terminal, pues nos da seguridad, es una empresa seria, tiene refinerías en Texas, que sin duda con el adecuado balance de combustibles que hay en México con Pemex”. Esto significará que estamos dejando de liberarnos de la tentación de que el Estado arriesgue, y permita que otros lo hagan. Esperemos que si, por el bien en el largo plazo para la nación.

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Tener no significa controlar; debería ser permitir dejar que la nación pueda poseer una infraestructura energética, y cuyo fin sea utilizar la energía primaria con control para su transformación evitando el mínimo de rechazo de esta a nuestro entorno.

No caigamos en la tentación del poder, sin tener placer y dejemos de poseer lo que realmente necesitamos para poder evolucionar en el planeta. Todo aquel que crea que el cambio climático no existe tendrá problemas para poder mantener su economía, esto sucederá si no adapta su misión a entender del cuánto deberá tomar de la naturaleza. ¡Suerte con las tentaciones! N

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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.