La contagiosa variante californiana del coronavirus inquieta a los científicos: "el diablo ya está aquí"

El mundo está en vilo por la aparición y propagación de nuevas variantes del SARS-CoV-2, el coronavirus causante del covid-19, sobre todo porque varias de esas versiones –se han mencionado la inglesa, la sudafricana y la brasileña, bautizadas así por el país donde se les detectó inicialmente– serían más contagiosas que la variante original, y algunas de ellas incluso podrían reducir la efectividad de las vacunas y tratamientos existentes.

La variante británica, por ejemplo, se ha difundido ya ampliamente en Estados Unidos y podría convertirse en dominante en el futuro cercano.

Un científico analiza muestras provenientes de pruebas de diagnóstico de covid-19, a fin de identificar el coronavirus presente en ellas. La aparición de nuevas variantes del virus, más contagiosas y quizá con resistencia a tratamientos y vacunas, inquieta a médicos y expertos en salud pública. (Morris MacMatzen/Getty Images)
Un científico analiza muestras provenientes de pruebas de diagnóstico de covid-19, a fin de identificar el coronavirus presente en ellas. La aparición de nuevas variantes del virus, más contagiosas y quizá con resistencia a tratamientos y vacunas, inquieta a médicos y expertos en salud pública. (Morris MacMatzen/Getty Images)

Pero no se necesita proyectarse a otros países para hallar variantes del coronavirus potencialmente ominosas: de acuerdo al relato del periódico Los Angeles Times, una variante del coronavirus aparecida en California es en sí motivo de considerable preocupación, pues como algunas de las otras sería no solo más contagiosa –lo que potencialmente conduce a mayor número de casos y, por ende, podría causar un mayor número de hospitalizaciones y fallecimientos– sino porque puede mermar la efectividad de vacuna y anticuerpos.

“El diablo ya está aquí”, dijo el doctor Charles Chiu, quien dirige un grupo de médicos y científicos que estudia esta nueva variante, denominada B.1.427/B.1.429, indicó el LA Times.

Esa mutación no es en realidad nueva: también denominada CAL.20C, fue identificada por primera vez en California en julio de 2020, reemergió en octubre y para enero de 2021 ya era el 44% de todas las variantes en el sur del estado, de acuerdo al portal ContagionLive.

“La dispersión de la nueva variante CAL.20C del virus SARS-CoV-2 es probablemente reflejo del aumento de casos de covid-19 causados por el comportamiento social durante los festivos [de fin de año]”, dijo a ContagionLive Jasmine Plummer, investigadora en genética y bioinformática.

Por ejemplo, de acuerdo al LA Times, estudios sugieren que la variante californiana podría ser entre 19% y 24% más contagiosa que el coronavirus inicial, y en un casa de ancianos donde se detectó un brote de esa variante su difusión se dio de modo seis veces más alta que en los coronavirus previos.

Y la efectividad de los anticuerpos contra el coronavirus sería 40% menor contra la variante californiana, de acuerdo a estudios.

Según la revista JAMA, la CAL.20C tiene tres mutaciones, una de las cuales le conferiría resistencia contra los anticuerpos monoclonales actualmente disponibles contra el coronavirus, que son recursos terapéuticos que han probado ser de gran utilidad.

Para fines de marzo de 2021, la variante californiana podría ser responsable del 90% de las infecciones de covid-19 en California, indicó Chiu, y a ello hay que añadir la posibilidad, que algunos consideran temible, de que una persona llegase a infectarse al mismo tiempo de la variante californiana y de la británica y con ello se desata, de acuerdo a Chiu, un “escenario de pesadilla” en el que mutaciones confluyan y generen una versión del coronavirus aún más peligrosa.

Eso es meramente una hipótesis y, en todo caso, para enfrentar a las variantes existentes y frenar la aparición de nuevas resulta imperativo frenar la difusión del covid-19: mientras menos personas se infecten, menos posibilidad habrá de que surjan mutaciones más severas del covid-19.

Por ello, el uso de mascarillas, el distanciamiento social, el evitar reuniones de muchas personas y la vacunación generalizada son medidas imperativas. Incluso las personas que ya se han vacunado deben mantener el uso de mascarillas al interactuar con otras personas, pues aunque la vacuna les protege de padecer el covid-19, podrían aún ser portadoras del coronavirus y transmitirlo a otras personas.

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La variante californiana, con todo, no sería en sí más letal que las otras, pero su capacidad de propagarse más rápidamente puede incidir en que, al darse más casos, también se incrementen los fallecimientos, además de que si más pacientes han de ser hospitalizados, ello también presiona fuertemente la capacidad de los hospitales y su posibilidad de atender y sanar personas.

Se ha afirmado que en Estados Unidos no se dio en meses anteriores una tarea suficiente de secuenciamiento del genoma de las muestras de SARS-CoV-2 recogidas, en comparación con otros países, por lo que no se habría contado con suficiente información para identificar variantes locales. Eso ha cambiado y ahora se han destinado más recursos, y aún hacen falta más, a la identificación de nuevas variantes, a fin de conocer sus impactos y hallar modos de enfrentarlas.

Por ejemplo, farmacéuticas estudian ya ajustar sus vacunas y sus tratamientos para hacerlos más eficaces contra nuevas variantes. Algo importante pero que llevará cierto tiempo antes de cristalizarse. Por ende, las medidas generales para frenar el contagio y la vacunación a la mayor cantidad de personas posible en el menor tiempo posible son las mejores armas para frenar al coronavirus y sus mutaciones.

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