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Deportistas olímpicos resisten limitaciones publicitarias

PUBLICIDAD RESTRINGIDA (AP)
PUBLICIDAD RESTRINGIDA (AP)

Malaika Mihambo sostiene un plato de comida vegana envasado en sus Historias de Instagram con una etiqueta de “asociación compensada” y un código de descuento de “JuegosdeVerano”. Es una de tantas deportistas que tratan de ganar algún dinero a través de las redes sociales.

Lo que distingue a la carismática saltadora en largo alemana, ganadora de la medalla de oro en Tokio es que puede promocionar los productos de su patrocinador durante los Juegos Olímpicos. La mayoría de sus rivales no pueden hacerlo.

Muchos deportistas dependen de sus patrocinadores y de la publicidad en las redes sociales para financiar sus sueños olímpicos, pero enfrentan severas restricciones durante los juegos. A menudo las empresas deben recibir permisos para sus publicidades.

El Comité Olímpico Internacional permite a los deportistas una cantidad limitada de sencillas “gracias” a sus patrocinadores del 13 de julio al 10 de agosto, coincidiendo con los juegos de Tokio. La cantidad específica depende: Los estadounidenses pueden publicar un máximo de siete, no más de uno por patrocinador. Los británicos, 10. No pueden mencionar productos específicos, publicar enlaces de videos con su desempeño en la justa ni nada con los anillos olímpicos.

En Alemania las cosas son diferentes.

La dependencia encargada de la lucha contra los monopolios llegó a un acuerdo con el COI y con el comité olímpico alemán en el 2019 que permite a los deportistas ganar más dinero coincidiendo con los Juegos Olímpicos. Esto hizo posibles publicaciones como las que Mihambo hizo la semana pasada, en la antesala de su presentación olímpica.

Ella y los demás deportistas alemanes no tienen límites a la cantidad de posts y pueden elogiar los productos de sus patrocinadores. Y eso es tan solo el comienzo.

“Las cosas están cambiando. Pero a los deportistas les toma tiempo darse cuenta de que tienen más derechos”, expresó Max Hartung, un alemán que compitió en la esgrima en Tokio y quien preside la organización Athleten Deutschland, que defiende los interese de los deportistas.

Hartung dijo que, por más de que los Juegos Olímpicos representen su única oportunidad de darse a conocer, muchos deportistas alemanes sin grandes patrocinadores “ni se molestan” en publicar avisos por temor a violar alguna regla o para evitar repercusiones negativas.

Efectivamente, hay que tener cuidado cuando se explotan los momentos olímpicos. Una guía preparada para el equipo alemán dice que los deportistas no pueden incluir símbolos olímpicos, uniformes ni hashtags oficiales, como #tokyo2020, en el mismo post en el que hace publicidad a un patrocinador. También se prohíben los avisos en inglés, que apuntan a una audiencia no alemana.

La “Regla 40” del COI que regula la publicidad se remonta a la época en que solo participaban deportistas amateurs. El COI se vanagloria de no tener emblemas de sus patrocinadores durante las competencias. Solo permite que los principales patrocinadores difundan publicidades por televisión en los que sí se muestran deportistas y logos olímpicos. Los deportistas que tienen acuerdos con patrocinadores oficiales pueden publicar cosas sobre ellos libremente.

Es previsible que en el futuro se difunda el modelo alemán, que apoya la idea de que el derecho de los deportistas a expresarse rebasa los vínculos comerciales.

Algunos deportistas alemanes han promovido determinadas causas en Tokio. Las gimnastas, por ejemplo, lucieron uniformes que van de los pies a la cabeza, en una protesta contra la “sexualización” del deporte. La capitana del equipo de hockey sobre césped Nike Lorenz luce medias con el arco iris, un símbolo gay.

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John Leicester y Graham Dunbar colaboraron en este despacho desde Tokio.