La cumbre de la OTAN de 1997 en España también mostró las rencillas con Rusia

Madrid se prepara para acoger entre el 29 y el 30 de junio una cumbre de la OTAN que viene marcada por el conflicto militar en Ucrania y las sanciones a Rusia. Las relaciones entre la Alianza y el país presidido por Vladímir Putin se encuentran en un momento de máxima tensión y las amenazas cruzadas no dejan de producirse.

Así, entre las prioridades del evento se encuentran la nueva estrategia de la organización de cara al futuro, la ciberseguridad, la lucha contra el terrorismo o el cambio climático. Esta reunión ha recibido muchas críticas desde Moscú, ya que desde el Kremlin acusan a la OTAN de avanzar hacia una guerra, llegando incluso a compararlo con el comienzo de la II Guerra Mundial. Además, este evento también viene protagonizado por la solicitud de adhesión de Finlandia y Suecia a la Alianza.

Reunión de la OTAN en España en 1997. (Photo credit should read GERARD FOUET/AFP via Getty Images)
Reunión de la OTAN en España en 1997. (Photo credit should read GERARD FOUET/AFP via Getty Images)

Sin embargo, no hay que retroceder demasiado en el tiempo para recordar una cumbre caracterizada también por el enfrentamiento con Rusia. Concretamente, hay que viajar solo a 1997, cuando también España fue el país organizador del evento, para vivir una situación similar.

Entonces, la OTAN debatió la unión de Hungría, República Checa y Polonia, tres naciones que durante la Guerra Fría estuvieron en la zona de influencia soviética, y también evaluó las opciones de otros países como Estonia, Letonia y Lituania, que terminaron entrando en 2004. Sin embargo, a Rusia no le sentaron bien estas ampliaciones y ya hace 25 años dejó claro su malestar tras las conversaciones que tuvieron lugar en la capital española.

Misma situación en 1997

Tanto es así que la delegación rusa decidió no participar en la cumbre a pesar de estar invitada como forma de protesta por la expansión hacia el este. Una situación que recuerda y mucho a la actual, con Putin justificando su ataque al territorio ucraniano por la amenaza que se cierne sobre sus fronteras debido al crecimiento de la OTAN a países con los que tiene frontera en común.

El presidente por entonces, Boris Yeltsin, decidió ausentarse de la convocatoria, al considerar el evento como una humillación a sus intereses. Y si en 1997 Rusia fue la gran ausente y veía con mucho recelo el crecimiento de la alianza hacia sus zonas de influencia, ahora en 2022 la historia se vuelve a repetir.

Lógicamente, con la situación actual es imposible que el presidente ruso se persone en Madrid, precisamente cuando se cumplen cuatro meses de una guerra en Ucrania que ha provocado numerosas reacciones en todo el planeta.

Han pasado más de dos décadas y aunque el momento político en el continente ha ido cambiando, las tensiones con Rusia ahora se mantienen más vivas que nunca. Madrid 1997 y Madrid 2022 tienen más parecidos de lo que se podía suponer en un primer momento.

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