La costumbre de las bodas y comuniones que los invitados odian

Obsequiar recuerdos a los invitados de una boda es una tradición que data del siglo XVI, cuando los aristócratas europeos regalaban deliciosos dulces en pequeñas cajas hermosamente decoradas.

Me parece asombroso que la tradición de ofrecer bombones a los invitados como una manera de conmemorar un evento se preservara casi 500 años después en América latina. Recuerdo que cuando era una niña, me encantaba comer las almendras caramelizadas envueltas en tul que regalaban a mis padres en las ceremonias familiares importantes.

Décadas más tarde, cuando estaba a punto de dar a luz a mis hijas, preparé regalos artesanales para las personas que fueron a visitar a mis pequeñas. El obsequio para conmemorar en nacimiento de mi hija Claudia lo hice yo misma. Se trató de una tarjeta con un poema de Rabindranath Tagore y un pequeño chocolate adherido al pergamino. En ese momento, me pareció un regalo hermoso y sentido, pero luego descubrí que la grasa del chocolate manchaba la superficie si no era consumido de inmediato. Cuando nació Sofía lo pensé un poco más y le pedí a una tía artesana, con unas manos maravillosas, que me hiciera unos imágenes de neveras con la fecha de nacimiento de Sofía escrito a mano por la parte de atrás.

Pero un reciente artículo de la revista The Atlantic me hizo reflexionar sobre la pertinencia de esos “recuerdos” que obsequiamos con todo el cariño del mundo pero no siempre son bien recibidos.

Otro regalo para el cajón

La escritora Kelly Conaboy sintió la curiosidad de investigar sobre ese tipo de obsequios mientras planificaba su matrimonio. La primera sorpresa se la dio la planificadora de bodas Jane Handel, quien le aseguró que la mayoría de los invitados no quieren recibir regalos con los nombres de los novios y la fecha de la celebración.

Y la verdad es que tengo unas cuantas gavetas con objetos que no me atrevo a desechar pero que no me gustan y no me sirven para nada pero que me fueron obsequiados por seres queridos en un boda, un nacimiento o una primera comunión. A simple vista, tengo varios pequeños rosarios (y no soy católica practicante), un jabón y un llavero que no me atrevería a usar.

Conaboy dice que las intenciones son siempre buenas porque es una manera de agradecer a invitados que gastan tiempo y dinero para atender a nuestra invitación.

Otra planificadora de bodas, Claire Roche, le confesó que a menudo tiene que recoger los recuerdos dejados en las mesas.

Esa percepción es confirmada por la firma planificación de bodas The Knot, que dice que la práctica de dar recuerdos de boda ha disminuido en un 21 por ciento en los últimos cinco años "debido a que muchos se vuelven más conscientes de la sostenibilidad".

La solución según la empresa es elegir opciones más ecológicas como una donación.

Pero algunos científicos sociales no avalan completamente esa idea. Lisa Cavanaugh, profesora asociada de mercadeo y ciencias del comportamiento de la Universidad de Columbia Británica, dijo que las personas tienden a juzgar mal los obsequios socialmente responsables. Como si el que obsequia el presente quisiera jactarse de ser bondadoso y caritativo.

Mary Steffel, investigadora y profesora de mercadeo de la Universidad Northeastern dijo que los obsequios pueden reforzar los vínculos entre las personas y que muchos prefieren los objetos que reflejan algo del donante en vez de centrarse en el destinatario.

Sin embargo, todos los entrevistados recalcaron que no es necesario ofrecer un obsequio a los invitados y que, además están perdiendo popularidad.

Algunos recuerdos útiles

Si todavía quieres preparar algún presente después de leer nuestra advertencia de que tus invitados posiblemente odien o ignoren el recuerdo de tu boda o de la comunión de tus hijos, aquí te ofrecemos una lista de lo que está de moda:

Galletas: Los recuerdos comestibles son la opción ideal y se apega a la tradición original europea de regalar bombones. Endulzarás el paladar de tus invitados y le ahorrarás espacios en sus gavetas.

Plantas: Los cactus y las suculentas en miniatura son una buena opción si eres una amante de la naturaleza y quieres elegir un recuerdo sostenible. Son plantas pueden sobrevivir aunque los invitados se olviden de regarlas por un buen tiempo.

Bálsamo de labios: Si realizas las celebración en invierno, tus invitados recibirán con agrado un bálsamo para humectar sus labios.

Abanicos: Y si se trata de una fiesta veraniega, unos hermosos abanicos también podrían ser útiles para refrescarse al regreso de la pista de baile.

Un kit de emergencia para la resaca: Si vas a botar la casa por la ventana en tu boda, a tus invitados no le caería nada mal una coqueta bolsa con un par de analgésicos, unas mentas para el aliento y café instantáneo para espabilar.

Fuente: The Atlantic, The Knot, Brides, Business Insider.

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