Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Guerra Rusia-Ucrania: Kiev, una capital asediada que teme una caída inminente

Vehículos militares ucranianos en Kiev
DANIEL LEAL

KIEV.- Cae la noche en Kiev y el silencio -si no es roto por algún estruendo o las sirenas antiaéreas que llaman a todos a bajar a protegerse a los refugios-, es ensordecedor. De esos silencios que preceden la tempestad.

Hay toque de queda desde las 22 hasta las 7. El que no huyó a la mañana, cuando comenzó la invasión del país, está encerrado siguiendo por tv la dramática evolución de la increíble “operación militar especial” de Vladimir Putin, que apunta a “desnazificar” el país.

Nadie duerme porque en cualquier momento pueden volver a sonar las sirenas, y si duerme lo hace vestido, con una mochila con todas sus pertenencias y documentos más importantes listos para llevarse a la hora de salir corriendo a buscar resguardo.

En este marco traumático, se vislumbran tres escenarios: que las fuerzas rusas, cinco veces superiores a las ucranias, que ya atacaron varios objetivos de la periferia, como los aeropuertos, finalmente entren y tomen la capital; que los efectivos se detengan a sus puertas, cercándola; o que la pongan bajo sitio, en un escenario al mejor estilo de Sarajevo durante la trágica guerra en Bosnia de la década del noventa.

Las carreteras de salida de Kiev, atascadas por el tránsito
-


Las carreteras de salida de Kiev, atascadas por el tránsito (-/)

Los tres escenarios, según fuentes diplomáticas occidentales con información de inteligencia que hablaron con LA NACION, incluyen entre los objetivos la destitución del presidente Volodimir Zelensky, considerado por Putin un títere de Estados Unidos y Occidente y un personaje que ni siquiera considera un interlocutor. Zelensky hizo saber que poco antes de que declarara la guerra, intentó comunicarse por teléfono, en un último y desesperado intento por frenar la hecatombe. Pero Putin no quiso atenderlo.

“Es una situación muy complicada, los rumores son que esta misma noche van a cercar a Kiev y la gran pregunta es cuál metodología operativa será utilizada, bombas o ametralladoras, o si se va a optar por un ingreso silencioso y efectivo”, dijo un embajador occidental.

No se descarta, como ya habían adelantado informes de inteligencia occidental, que antes de Kiev, las fuerzas rusas tomen la estratégica ciudad de Kharkiv, al norte de esta capital, que queda a tan sólo 40 kilómetros de la frontera con Rusia. Se trata de una de las típicas ciudades exsoviéticas, famosa por sus edificios monumentales y una plaza considerada una de las más grandes del mundo. Durante los tumultos de 2014 por los que Ucrania abrazó a Occidente y comenzó a humillar a Putin rechazando su influencia, esa plaza perdió un monumento a Lenin y evitó terminar siendo un enclave prorruso como pasó a ser Donestk, en el este.

Policía ucraniano en Kostiantynivka, Donetsk
VADIM GHIRDA


Policía ucraniano en Kostiantynivka, Donetsk (VADIM GHIRDA/)

Zelensky esta madrugada, no bien comenzó un ataque tan anunciado que nadie se imaginó jamás que ocurriría realmente, rompió relaciones diplomáticas con Rusia. Al respecto en esta capital asustada y muda, salvo cinco legaciones que decidieron evacuar y mudarse a la ciudad de Lviv, cerca de la frontera con Polonia, en el oeste, se calcula que quedan unos 60 embajadores. Entre ellos, la embajadora argentina Elena Mikusinski, diplomática de carrera con gran experiencia sobre sus espaldas, de origen polaco, que sigue trabajando a rajatabla y que no piensa en absoluto levantar campamento, según pudo saber LA NACION.

En un clima de enorme incertidumbre, más allá del pavor a que la situación degenere en un baño de sangre, también preocupa el destino de los cientos de miles de refugiados que está provocando esta guerra. Entrevistado por la BBC el italiano Filippo Grandi, al mando de Acnur, aseguró que su organismo humanitario estaba listo para entrar en acción, algo que al momento resulta imposible vistas las acciones militares en curso. Grandi estimó que más de 100.000 ucranianos se fueron de sus casas escapando de los bombardeos, muchos cruzando a Moldavia y luego a Rumania. Desatando, así, una nueva crisis de refugiados que demuestra que, como siempre, los que más sufren las guerras son los que no tienen nada que ver con los juegos de poder de los gobernantes.