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Cadena perpetua a pandillero que mató a familiar y a policía en Los Ángeles

Los Ángeles, 1 dic (EFE).- Un pandillero que mató a un familiar suyo en el Este de Los Ángeles en 2017 y luego abrió fuego contra dos policías, matando a uno e hiriendo al otro, fue sentenciado este miércoles a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Michael Christopher Mejía, de 30 años, fue hallado culpable en agosto pasado de dos cargos de asesinato en primer grado, un cargo de intento de asesinato y otros cargos por robo de auto y posesión de un arma de fuego.

El jurado que hoy condenó al hispano también tuvo en cuenta las circunstancias especiales de los crímenes cometidos para dictar la sentencia.

Según los documentos judiciales, la mañana del 20 de febrero de 2017, Mejía estrelló su auto por detrás contra dos vehículos que estaban estacionados en Whittier, una localidad del sureste del condado de Los Ángeles.

Seguidamente al choque, el sospechoso, quien tiene tatuajes en el rostro y cuello, pidió a los otros conductores involucrados que le ayudaran a mover el auto, un Dodge sedán, a la vuelta de la esquina.

Cuando los oficiales Boyer y Hazel llegaron al lugar del accidente, uno de los conductores les indicó dónde se encontraba el responsable del choque.

Al dirigirse al lugar, los dos agentes encontraron al sospechoso sentado dentro del vehículo y le pidieron que saliera del auto. Pero cuando se disponían a registrarlo para ver si tenía armas, el sospechoso sacó una pistola semiautomática de su cintura y disparó contra los policías, hiriéndolos a ambos.

Pese a estar heridos, al menos uno de los agentes respondió con fuego y logró herir a Mejía, cuya arma fue recuperada en el lugar de los hechos.

El agente Boyer, de 53 años y miembro de la Policía de Whittier desde 1990, falleció posteriormente en el hospital; mientras que Hazel, con tres años en la fuerza, sobrevivió al ataque.

La investigación igualmente estableció que el auto que conducía el acusado había sido robado de la residencia de su primo, Roy Torres, de 47 años, quien había sido asesinado por Mejía en la madrugada del 20 de febrero en City Terrace, comunidad del Este de Los Ángeles.

El acusado había salido de la cárcel de máxima seguridad Pelican Bay en abril de 2016 beneficiado de la ley AB109, que permite que personas que no han cumplido la totalidad de sus condenas reciban libertad condicional anticipada y pasen a supervisión del condado.

Aunque había recibido el beneficio, el pandillero había tenido al menos cuatro entradas a la cárcel por violación de los términos de su libertad anticipada.

Varios miembros del Departamento de Policía de Whittier presentes en la corte dijeron a la televisora ABC7 que, en su opinión, Mejía merecía la pena de muerte tras el fallecimiento de Boyer, el primer oficial de esa ciudad asesinado en el cumplimiento de su deber en 37 años.

(c) Agencia EFE