Así era el cocodrilo gigante que aterrorizaba Madagascar hace 170 millones de años

Restauración paleoartística de la cabeza de un Razanandrongobe sakalavae. (Crédito: Fabio Manucci).
Restauración paleoartística de la cabeza de un Razanandrongobe sakalavae. (Crédito: Fabio Manucci).

Hace 170 millones de años, durante el Jurásico Medio, la hoy isla de Madagascar se encontraba aún unida a África y la India, formando parte del megacontinente Gondwana. En plena era y auge de los dinosaurios, el terror máximo al que se enfrentaban las criaturas de aquella región llamada Sakalava no era sin embargo un dinosaurio, sino un antecesor de los actuales cocodrilos y caimanes llamado Razanandrongobe sakalavae (nombre que significa: “ancestro gigante de lagarto de la región de Sakalava”).

Con una cabeza del tamaño de una lavadora, su enorme mandíbula se adornaba de dientes serrados del tamaño de bananas, dándole a su rostro un aspecto similar al de un T. rex, ya que como él, este arcosaurio probablemente no despreciaba los tejidos duros del cuerpo de sus presas, tales como huesos y tendones.

Esta fiera parece ser el primer y mayor representante encontrado nunca de un grupo de lagartos antecesores de los cocodrilos llamado notosuquios. Al contrario que sus parientes actuales, estos lagartos tenían hábitos terrestres, y rectas patas largas lo bastante ágiles como para permitirles trotar detrás de sus presas. Además de sus fuertes patas, el Razanandrongobe tenía una forma craneal distinta a la de sus descendientes vivos.

El equipo de científicos italo-francés responsable de la caracterización de esta pesadilla del Jurásico no pueden estar del todo seguros del tamaño que alcanzaría, ya que han encontrado solo restos de su mandíbula y cráneo. No obstante estiman que podría medir unos 7 metros de largo y 1,6 metros de alto hasta las caderas, Su peso podría rondar los 800 o 1000 kilos.

Unas dimensiones bastante parecidas a los de sus parientes vivos más grandes, los cocodrilos marinos (Crocodylus porosus) que alcanzan los 7 metros de longitud y un peso que ronda la tonelada.

Reconstrucción artística de un Razanandrongobe sakalavae devorando los restos de un saurópodo en el Jurásico Medio de Madagascar. (Crédito: Fabio Manucci).
Reconstrucción artística de un Razanandrongobe sakalavae devorando los restos de un saurópodo en el Jurásico Medio de Madagascar. (Crédito: Fabio Manucci).

Pese a que se habían encontrado restos de esta criatura anteriormente, su clasificación no había sido posible. Sin embargo el equipo italiano responsable de este trabajo encontró nuevos restos, lo cual permitió asignar al Razanandrongobe al grupo de los mesoeucocodrilios.

El estudio demuestra que el Razanandrongobe es con mucho, el representante más antiguo hallado hasta la fecha de los notosuquios, antecediendo en 42 millones de años al resto de miembros de los que tenemos constancia.

Tal y como afirma el doctor Cristiano Dal Sasso (miembro del equipo científico responsable de este trabajo): “Al igual que otros cocodrilos gigantes del Cretácico, esta criatura podía superar incluso a los dinosaurios terópodos en la cima de la cadena alimenticia”. En realidad Razana podría haberse alimentado de ciertos dinosaurios con los que compartía habitat.

Este trabajo parece también indicar que los notosuquios se originaron en el sur de Gondwana, antiguo supercontinente formado por las actuales Madagascar, Africa, Sudamérica, Australia y otros territorios.

El trabajo se acaba de publicar en la revista PeerJ.

Me enteré leyendo Gizmodo.