Exministro de Salud despedido por Bolsonaro advierte a Brasil

(Bloomberg) -- Tres meses después de ser despedido como ministro de Salud de Brasil, el mayor miedo de Luiz Henrique Mandetta se está haciendo realidad.

Brasil reportó el martes casi 68.000 nuevos casos de covid-19, un récord histórico que supera el máximo anterior en más de 20% y compite con las cifras registradas en Estados Unidos, cuya población es 50% más grande.

Mandetta, que presionó por intentar que se implementaran medidas de cuarentena de forma rápida al comienzo de la pandemia, fue despedido a mediados de abril después de enfrentarse públicamente con el presidente Jair Bolsonaro. En una entrevista dada a conocer el martes, el médico de 55 años criticó el manejo de la crisis en Brasil y dijo que en solo unas semanas el número de fallecidos superaría los 100.000.

“Lo que estamos viendo es un desastre científico, y no hay nadie que tenga credibilidad para decir lo que hay que hacer en Brasil”, dijo Mandetta desde su estado natal, Mato Grosso do Sul. “El Ministerio de Salud y el Gobierno Federal han abandonado el tema”.

Desde el 15 de mayo que la economía más grande de América Latina no cuenta con un ministro de Salud. En ese momento, el reemplazo de Mandetta se negó a seguir a Bolsonaro y aconsejar el uso de cloroquina, por lo que renunció después de solo 29 días en el cargo. El general Eduardo Pazuello se ocupa de sus funciones de forma interina, pero él no tiene experiencia médica y es uno de los muchos militares que forman parte de la administración de Bolsonaro.

Cerca de 82.770 personas han muerto en Brasil a causa del coronavirus, mientras que ha habido un total de 2,23 millones de contagios. Los casos activos son cerca de 613.000. Si bien el Ministerio de Salud no se ha referido al incremento del martes, podría existir la posibilidad de que el registro incluya cifras atrasadas de nuevos casos después de que el estado de São Paulo anunciara que tenía problemas con el sistema de informes, señaló el sitio web de noticias G1. La oficina de prensa de la presidencia declinó realizar comentarios para esta nota.

La determinación del presidente de usar cloroquina se ha visto fortalecida después de que él mismo fuera diagnosticado con el virus el 7 de julio. En reiteradas ocasiones ha dicho que se siente bien e incluso tomó una pastilla del controvertido medicamento contra la malaria durante un video en vivo en Facebook. Esta semana, se sometió a una tercera prueba, que mostró que todavía está infectado.

Bolsonaro no ha tenido ningún reparo en rechazar las medidas de confinamiento para mantener abierta la economía; y tiene sus razones. De cara a la pandemia, la economía de Brasil todavía tenía dificultades para cobrar impulso tras una devastadora recesión. En 2019, el país registró su cuarto año consecutivo con tasas de desempleo superiores a 10%. Y con tantos brasileños en trabajos temporales, incluso algunas medidas de confinamiento implementadas por ciertos gobernadores y alcaldes no pudieron hacer mucho por contener la propagación del coronavirus.

Sin embargo, Mandetta y la comunidad mundial de salud señalan que Bolsonaro podría haber hecho mucho más por minimizar el brote y salvar vidas.

“Cuando se ve al líder de un país en televisión diciendo que usar mascarilla es estúpido, la gente realmente no cree que haya algún problema”, dijo Mandetta.

Lo que sucede en otras partes de América Latina:

Nota Original:Fired by Bolsonaro, Ex-Health Chief Has Grim Warning for Brazil

For more articles like this, please visit us at bloomberg.com

Subscribe now to stay ahead with the most trusted business news source.

©2020 Bloomberg L.P.