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Un trabajador de Ikea pronostica el caos que se avecina en las tiendas de todo el mundo

Los problemas de stock también afectan a Ikea. (Foto: Getty Images)
Los problemas de stock también afectan a Ikea. (Foto: Getty Images) (Marcus Lindstrom via Getty Images)

Los problemas de suministro no son exclusivos de Reino Unido. Allí simplemente han ido más rápido por la combinación de Brexit más pandemia del coronavirus. La cadena de suministros global se ha visto afectada por un largo periodo de baja actividad, bloqueos y restricciones que se están notando en muchos sectores tras reactivarse la demanda.

Uno de esos sectores afectados, muy concreto, es de los productos de Ikea. Así lo ha contado un trabajador de la compañía con el que ha hablado Insider y que cuenta cómo esos problemas de stock generan tensiones con los clientes al tiempo de que avisa, como han hecho muchos expertos antes, de que lo peor está aún por venir.

Las relaciones con los clientes se complican

Este trabajador anónimo pero verificado por el citado medio y con el que ha hablado la periodista freelance Elle Hardy narra su experiencia a pie de tienda y cómo la relación con los clientes se ha roto en los últimos tiempos. Bastante pesimista sobre la posibilidad de recomponerla, cuenta más de un encontronazo con personas que se enfadan “cuando las cosas no están en stock” y lo pagan con quiene está delante. En este caso, el trabajador de Ikea. Un dependiente que señala el hecho de que esas personas no son conscientes de que la cosa va a ir a peor.

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“En este momento, el bloqueo de la cadena de suministro es una verdadera lucha. Algunos clientes son comprensivos, pero los que no se hacen notar. Hace poco vino alguien que dijo que la razón por la que no teníamos nada en stock era porque nuestra empresa es socialista. Otro cliente me dijo que no estábamos prestando atención a nuestros niveles de existencias, por lo que es culpa nuestra”, comenta.

Pero lo que más le preocupa a este trabajador es la incapacidad de algunos clientes para ver el problema real y es que “no va a mejorar”. El resumen de lo que ha pasado en Ikea y que sería extrapolable a otros muchos negocios es que “estos problemas se han ido acumulando lentamente desde que reabrimos después del cierre. Nuestras acciones se vendían más rápido de lo previsto, luego, finalmente, los problemas de la cadena de suministro se afianzaron y nunca nos pusimos al día por completo”.

Para este trabajador, que sufre en primera persona las quejas de quienes no consiguen lo que quieren en el momento, una parte de culpa de esa reacción la tiene “la cultura de la gratificación instantánea”, que, desde su punto de vista “echa a perder a la gente”.

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Una tienda de Ikea en Londres. Foto: REUTERS/Toby Melville (BRITAIN - Tags: BUSINESS)
Una tienda de Ikea en Londres. Foto: REUTERS/Toby Melville (BRITAIN - Tags: BUSINESS) (Toby Melville / reuters)

Un grave problema global

Su mensaje de que la situación no va a ir a mejor en un corto periodo de tiempo, sino más bien al contrario, es algo de lo que llevan avisando expertos en comercio y economía desde hace algunas semanas ya.

La NBC publicaba un reportaje en el que se alertaba de que tanto minoristas como fabricantes están realizando pedidos ante la preocupación de que la cadena de suministro global falle por completo y se queden sin mercancía. Una táctica de acopio en exceso o con mucha anticipación que no está haciendo otra cosa que agravar la situación, como ha avisado Jonathan Savoir, director ejecutivo de la firma de tecnología de la cadena de suministro Quincus.

En ese mismo sentido, el de alertar de un problema real y presente, en la CNN se adelantaban a lo que puede ocurrir en Navidad con escasez de algunos productos en los estantes. Sin embargo, en la información publicada por esta cadena estadounidense hay cierto llamado a la calma y la paciencia porque, según algunos de los expertos consultados, la previsión es que la situación mejore en unos meses. No a tiempo para las compras navideñas, pero sí a medio plazo.

El director ejecutivo de JPMorgan Chase (JPM), Jamie Dimon, se atrevía hace no mucho a pronosticar que en un año estos problemas de suministro habrán quedado en el recuerdo. Algunos analistas de Jefferies afirmaban recientemente que “es posible que ya estemos presenciando lo peor” y vaticinaban como “probable que el impacto disminuya” de cara al primer semestre del próximo año.

El origen del problema

Aunque el pronóstico de cuándo volverá a regularse la cadena de suministros global pueda variar según a quién se le pregunte y haya unas voces más agoreras que otras, lo cierto es que es importante saber dónde está el origen del problema. Sobre todo para evitar culpar, como en el caso del empleado de Ikea cuyo testimonio ha recogido Insider, a quien solo está ahí para atender al consumidor. Porque la razón de que se estén dando estos problemas con el stock de algunos productos no tiene que ver con la eficacia o ausencia de ella de los trabajadores, sino más bien con un cúmulo de circunstancias como la pandemia, la crisis energética en China que obligó a cerrar fábricas, los problemas con el transporte marítimo acumulado, la ausencia de transportistas…

El origen de este desajuste en la cadena se remonta a marzo de 2020, cuando se decretaron los primeros confinamientos a nivel mundial y eso supuso la parálisis casi por completo de la economía. Las restricciones duras que se impusieron entonces hicieron caer la demanda en picado, pero también la producción. En muchos países (España fue uno de ellos) se clausuró todo lo que no se consideró servicios esenciales. La actividad económica se desplomó y se frenó la producción.

A todo esto hay que sumar los cierres de fronteras, las restricciones y requisitos impuestos por cada país para cruzarlas y que muchas veces dificultan el movimiento de mercancías, la falta de marineros y conductores, la caída en la inversión durante 2020, el aumento del precio del combustible… Una suma de razones y causas que después de más de un año y medio de pandemia han comenzado a afectar al consumidor al reactivarse la economía y la demanda.

Según publica la CNN, hay problemas de stock en productos tan diversos como semiconductores, combustible, juguetes, ropa, comida, chips, papel… y el Black Friday y las Navidades están a la vuelta de la esquina.

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