Shek Wai-hung, el gimnasta al que le suplicaron renunciar tras un terrible accidente pero no se dio por vencido

POR Mike Chan-. Entrenar a un atleta no es una tarea fácil, mucho menos si se trata de un atleta olímpico. Detrás de las escenas gloriosas de "La Roca" Shek Wai-hung, ganador de varias medallas de oro consecutivas en los Juegos Asiáticos, hay una historia de sangre, sudor y lágrimas, innumerables horas de práctica y, por supuesto, el apoyo constante de una "mamá tigresa", la Sra. Shek.

El gimnasta de Hong Kong Shek Wai-hung y su madre. (Foto cortesía)
El gimnasta de Hong Kong Shek Wai-hung y su madre. (Foto cortesía)

Al igual que muchos otros atletas, no faltaron obstáculos en el camino a la excelencia para Shek. Su primera aparición en los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012, por decir algo, dejó mucho que desear, ya que el gimnasta nacido en Hong Kong no logró llegar a la etapa de calificación. Pero superó esta desilusión con una medalla de oro en los Juegos Asiáticos en la categoría de salto de caballete, la primera medalla de oro para Hong Kong en el evento multideportivo continental, que se llevaron a cabo unos dos años más tarde e Incheon, Corea del Sur.

Shek Wai-hung es un gimnasta artístico de Hong Kong. En la actualidad, también es el campeón de salto de caballete de los Juegos Asiáticos. (Foto cortesía)
Shek Wai-hung es un gimnasta artístico de Hong Kong. En la actualidad, también es el campeón de salto de caballete de los Juegos Asiáticos. (Foto cortesía)

Al final, una lesión impidió que "La Roca" Shek obtuviera su segunda medalla en las Olimpíadas de Río de Janeiro, en 2016, pero se recuperó y se destacó en los siguientes Juegos Asiáticos, esta vez en Jakarta, en verano de 2018. En esos juegos obtuvo la medalla de oro por segunda vez, y parecía haber superado los inconvenientes, ya que siguió destacándose en varios eventos. Más adelante, se llevó las medallas de oro de la Copa del Desafío Mundial en tan solo una semana, en 2019, antes de clasificar para los Juegos Olímpicos de Tokio unos meses después.

Al mirar al pasado, es probable que Shek estuviera destinado a convertirse en un gimnasta. La Sra. Shek recuerda que su hijo de cinco años era muy activo. "No era travieso, pero siempre estaba saltando en todas partes y le gustaba particularmente pararse de manos, incluso en los centros comerciales", compartió con Yahoo News HK en una entrevista exclusiva. Bastó con que Shek viera en televisión a unos gimnastas dar volteretas en el aire para que se plantara la semilla en su corazón. Fascinado por esos movimientos increíbles, Shek Wai-hung le dijo a su madre que quería aprender gimnasia, lo que le abrió las puertas a un mundo totalmente nuevo para él.

En una competencia nacional en China, una mala caída hizo que Shek se lesionara la sexta y la séptima vértebras de la médula espinal. Tuvo que ser operado y le quedó una cicatriz en la parte posterior del cuello. (Foto cortesía)
En una competencia nacional en China, una mala caída hizo que Shek se lesionara la sexta y la séptima vértebras de la médula espinal. Tuvo que ser operado y le quedó una cicatriz en la parte posterior del cuello. (Foto cortesía)

La Sra. Shek, que también fue una atleta, ayudó a preparar el camino de la carrera de Wai-hung. Un verano, lo llevó a un centro de entrenamiento en Guangzhou, China. "El entrenamiento era duro. Tenía miedo de que no quisiera ir, así que fingí que lo estaba llevando a hacer las compras", admite. "Después de dejarlo en el gimnasio, incluso le dije que pasaría a buscarlo más tarde".

Esa noche, Shek se dio cuenta de lo habían dejado allí. Con lágrimas en los ojos, el niño de seis años llamó a su casa desde una cabina telefónica, y le preguntó a su madre si lo había abandonado. La Sra. Shek recuerda que tuvo que contener las lágrimas para explicarle y animar a Shek a que practicara duramente. "Podría decirse que es una 'mamá tigresa', puede ser dura y rigurosa, y siempre parece ser estricta", dice Shek. "Pero en realidad se le rompe el corazón, y lo sé". Madre e hijo volvieron a reunirse después de un mes completo, y los recuerdos acerca de su trampa no dejaron un sabor amargo en Shek, sino que, por el contrario, lo ayudaron a ser independiente.

En su regreso a los Juegos Olímpicos después de nueve años, Shek apunta alto, realizará dos saltos con el mayor nivel de dificultad. (Foto cortesía)
En su regreso a los Juegos Olímpicos después de nueve años, Shek apunta alto, realizará dos saltos con el mayor nivel de dificultad. (Foto cortesía)

En 2006, sufrió un accidente y quedó con cicatrices. En una competencia nacional en Kunming, China, una mala caída le provocó una lesión en la sexta y la séptima vértebras de la médula espinal, lo que lo obligó a permanecer en cama durante las tres semanas siguientes antes de regresar a Hong Kong para someterse a una cirugía. Presa del miedo y la preocupación, toda la familia estaba en contra de que "La Roca" Shek continuara con su carrera de gimnasta después de su recuperación. Wai-hung, el más joven de la familia Shek, se ponía de rodillas y les rogaba que le dieran su consentimiento. Hay que imaginarse el sufrimiento interno de una madre afectuosa y atenta. La Sra. Shek no puede contenerse cuando relata la escena que tuvo lugar hace 15 años: "Recuerdo haberle dicho que prefería arrodillarme frente a él y pedirle que parara".

La Sra. Shek, que también fue una atleta, ayudó a preparar el camino de la carrera de Wai-hung. (Foto cortesía)
La Sra. Shek, que también fue una atleta, ayudó a preparar el camino de la carrera de Wai-hung. (Foto cortesía)

La persistencia todo lo logra, y con el tiempo, "La Roca" Shek convenció a su madre, quien lo apoyó a lo largo de su carrera y lo acompañó al gimnasio todos los días durante los primeros días posteriores a la recuperación. Ver cómo su hijo recuperaba su estado físico a través de un entrenamiento constante ayudó a la Sra. Shek a disipar sus dudas.

Sin embargo, esa enorme cicatriz en la parte posterior del cuello de Shek permaneció como un recuerdo vivo de la tristeza, las lágrimas y el sufrimiento. "La Roca" regresó a la acción después de recuperarse de la lesión y comenzó a destacar en competencias internacionales. Fue premiado con una invitación para participar en las Olimpíadas de Londres, en 2012, pero esa experiencia fue una gran desilusión para el joven principiante de 21 años. Al no poder llegar a la etapa de calificación, Shek no pudo evitar las lágrimas y le pidió perdón a su madre. Pero en cambio ella, que lo estaba mirando desde las gradas, lo consoló: "Como madre, tu salud y tu seguridad siempre son mi prioridad, y no faltará una próxima Olimpíada". El poder del amor.

"No sabía mucho hasta que mamá me dejó en el centro de entrenamiento de Guangzhou. Esa decisión me ayudó a convertirme en un atleta olímpico 15 años más tarde, a los 21 años de edad". (Foto cortesía)
"No sabía mucho hasta que mamá me dejó en el centro de entrenamiento de Guangzhou. Esa decisión me ayudó a convertirme en un atleta olímpico 15 años más tarde, a los 21 años de edad". (Foto cortesía)

Sin embargo, Shek tuvo que esperar ocho años hasta la próxima Olimpíada, ya que enfrentó otra desilusión más cuando, debido a una lesión, no logró calificar para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en 2016. Camino a Tokio el mes que viene, parece ser el momento oportuno para Shek, y subir al podio también parece factible. Pero a la Sra. Shek —que esta vez solo puede ver el evento por televisión, debido a las medidas de seguridad que impuso el Comité de Organización de las Olimpíadas de Tokio por la pandemia de COVID-19—, lo único que le importa es que su hijo logre desempeñarse de acuerdo con su nivel y que pueda competir de manera segura.

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