Vicente Boluda, el presidente madridista del 'chorreo' que ha terminado en líos con el rey emérito

Vicente Boluda, presidente del Real Madrid en 2009, habla ante un micrófono
Vicente Boluda en su época de presidente del Real Madrid. Foto: Denis Doyle/Getty Images.

Si eres una persona joven, o con poca memoria, es posible que no te acuerdes, pero créenos: es cierto. Hubo un tiempo en el que el Real Madrid no era el coto privado de Florentino Pérez. Otras personas han ocupado la presidencia del club antes que él. O incluso después, porque la actual es la segunda etapa del hombre fuerte de la constructora ACS al frente de la Casa Blanca. Ahora lleva en el cargo desde junio de 2009, pero previamente ya había sido el mandamás del Bernabéu entre 2000 y febrero de 2006, cuando presentó la dimisión por la trayectoria irregular que llevaba el equipo en aquel momento.

Esos tres años intermedios fueron muy convulsos para los merengues. Tuvieron asiento de honor en el palco hasta cuatro mandatarios, entre los que destaca Ramón Calderón, ganador de las elecciones convocadas en julio de ese mismo 2006. Desde la salida de Pérez hasta que el candidato más votado tomó posesión del puesto pasaron dos jefes interinos como Fernando Martín y Luis Gómez-Montejano. A su vez, Calderón tuvo que renunciar en enero de 2009 al ser acusado de cometer fraude en una asamblea de socios. En ese momento, y mientras se organizaban nuevos comicios para ese verano (que no se llegaron a celebrar porque Florentino fue el único aspirante que se presentó), hubo otro presidente interino: Vicente Boluda.

Este armador valenciano, nacido en 1955, es el heredero y actual dueño de la empresa de transporte marítimo que lleva su apellido y que está considerada una de las flotas más grandes de Europa. Desde aquellos tiempos no se había vuelto a saber gran cosa de él más allá del entorno corporativo de su ciudad de origen, en su calidad de presidente de la Asociación de Empresarios local. Sin embargo, repentinamente ha vuelto a la actualidad por un motivo muy llamativo: una investigación de El Confidencial le sitúa entre los magnates que aportaron dinero para ayudar al rey emérito Juan Carlos I a pagar sus deudas con Hacienda.

Vicente Boluda leyendo un discurso ante un atril con micrófonos
Vicente Boluda, en su calidad de presidente de los empresarios valencianos, dando un discurso en la entrega de un premio. Foto: Manuel Queimadelos Alonso/Getty Images.

Asegura este portal que Boluda y otros amigos adinerados del antiguo monarca, en un elenco donde destacan nombres como Alicia Koplowitz (FCC), Miguel Corsini (Renfe), Alejandro Aznar (bodega Marqués de Riscal) o Jaime Castellanos (grupo Recoletos), prestaron cada uno cerca de 250.000 euros para ayudar al Borbón caído en desgracia. La fórmula buscada era la de "contrato de préstamo entre particulares" y se llegó a sondear a 50 empresarios influyentes en el panorama nacional, pidiendo entre 100.000 y 200.000 a cada uno, aunque solo ocho accedieron a aportar. La lista de rechazos incluye figuras relevantes como Alberto Alcocer y Alberto Cortina (ambos accionistas precisamente de ACS), José Manuel Entrecanales (Acciona), Borja Prado (ex-Endesa) o Rafael del Pino (Ferrovial), entre otros.

Boluda, indica el portal, sí que abrió su cartera para Su Majestad Emérita, aunque las aportaciones recibidas por la causa no fueron suficientes para llegar a cubrir los 4,4 millones que le tocó abonar. Con esta cantidad, se afirma, se trataba de regularizar la tributación, no abonada en su momento, de más de 8 millones de euros en concepto de viajes que disfrutó Juan Carlos. Según ha descubierto este medio y replica La Vanguardia, estos desplazamientos se pagaron a través de la Fundación Zagatka, una entidad "de ayuda a las monarquías europeas" con sede en Liechtenstein y constituida por Álvaro de Orleáns-Borbón, primo lejano del rey anterior. La mayoría de estos viajes se realizaron tras su abdicación en 2014 y en compañía de Corinna Larsen.

Javier Quesada, Joan Ribó, Ximo Puig, la reina Letizia, José Luis Ábalos y Vicente Boluda, alineados, posando para los fotógrafos en la calle
Boluda (derecha) con varios altos cargos políticos y la reina Letizia durante un acto el pasado noviembre en Valencia. Foto: Rober Solsona/Europa Preess via Getty Images.

El valenciano, socio desde 1998 y miembro de la directiva de Calderón, había sido ascendido a segundo de a bordo para salvar una crisis institucional en diciembre de 2006 tras la salida de Juan Mendoza, hijo de Ramón, quien se sentía ninguneado, "como un florero", en una posición "carente de contenido" porque "Ramón acaparaba todo el protagonismo". Como vicepresidente, le correspondió afrontar el liderazgo temporal cuando su jefe se marchó. Estuvo al frente del Real Madrid entre el 16 de enero y el 31 de mayo de 2009. En ese tiempo no tuvo demasiado margen de acción y poco más que se limitó a continuar la tarea de su predecesor. Mantuvo como entrenador a Juande Ramos, que había llegado apenas un mes antes que él en sustitución del destituido Bernd Schuster.

En lo deportivo, el equipo de fútbol completó una campaña mediocre en la que, pese a tener en la plantilla figuras como Raúl, Iker Casillas, Cannavaro, Pepe, Sneijder, Van der Vaart, Robben e incluso un jovencísimo Marcelo, no consiguió llevarse ningún título. Y eso que en la liga tuvieron una racha muy positiva: desde la jornada 16, tres antes de llegar Boluda, hasta la 33 ganaron todos los partidos salvo un empate contra el Atlético de Madrid. Sin embargo, venían lastrados por un arranque de temporada mediocre, y el Barcelona de Guardiola, finalmente campeón, cortó de cuajo cualquier posibilidad de remontada al imponerse en el Bernabéu con un aparatoso 2-6. Los cuatro últimos partidos de los blancos, que ya no se jugaban nada, fueron otras tantas derrotas, aunque el segundo puesto no llegó a peligrar.

En la Copa del Rey el Real Madrid había hecho el ridículo al caer en dieciseisavos de final contra el Real Unión de Irún, de Segunda División B, pero eso ocurrió meses antes de llegar Boluda. Donde sí que estuvo bien presente, y de hecho es por lo que más se recuerda su corto mandato, fue en la eliminatoria de octavos de final de la Champions League contra el Liverpool. En días anteriores, en un alarde de imprudencia, se atrevió a declarar en una entrevista en la radio que iban a "chorrear" a los ingleses, vaticinando incluso una victoria en Madrid por 3-0 y otra en Anfield por 1-2. El "chorreo" se le volvió en contra cuando su equipo perdió ambos encuentros: 0-1 en casa y 4-0 en tierras británicas.

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El otro episodio notable de su gestión fue uno de los fichajes más estrafalarios de la historia reciente madridista: el del francés Julien Faubert. En el mercado de invierno Calderón ya había dejado hechas las contrataciones de Huntelaar y de Lassana Diarra, además de la vuelta del jovencísimo canterano Dani Parejo que estaba cedido, para compensar las bajas por lesión de Mahamadou Diarra y Rubén de la Red. Pero el 30 de enero, con el mercado a punto de cerrarse, alguien en la directiva decidió que faltaba una pieza en el centro del campo.

Así, en vista de las limitaciones de no poder traer a nadie de la liga española ni que hubiera jugado ya Champions, los ojeadores contactaron con el West Ham inglés y les pidieron a préstamo a este volante derecho galo. Era un desconocido, no se esperaba gran cosa de él, pero aun así fue un desastre absoluto. Solo participó en un par de partidos de liga, saliendo desde el banquillo y sumando poco más de 50 minutos en total, por supuesto sin goles ni ninguna actuación relevante. Sí dio para muchas risas por episodios como quedarse dormido en el banquillo mientras su equipo jugaba o faltar a un entrenamiento pensando que Juande había dado el día libre.

Mikel Balenziaga, del Athletic Club, y Julien Faubert, del Real Madrid, disputando un balón durante un partido de fútbol
Faubert llegó a jugar en el Real Madrid. Esta es la prueba. Corresponde al encuentro contra el Athletic Club del 14 de marzo de 2009. Foto: Alejandro González/Real Madrid via Getty Images.

La otra gran sección del Real Madrid, el baloncesto, tampoco tuvo un papel muy destacado en aquella campaña 2008/09 con Boluda al frente y Joan Plaza dirigiendo junto a la pista. En la liga ACB el equipo acabó cuarto en la fase regular y se metió en los playoffs por el título, aunque cayó en semifinales contra el Baskonia (en aquella época llamado Tau Cerámica). En la Copa del Rey se quedó aún más atrás: derrotado en cuartos de final por el Barcelona. Y en la Euroliga tampoco pudo pasar de la misma ronda, en la que fue eliminado por el Olympiacos griego. Quedó el consuelo de que en la liga nacional el pívot Felipe Reyes fue nombrado integrante del quinteto ideal de la competición.

El propio Boluda no recuerda con demasiado cariño su etapa al frente del club. Años más tarde, en una entrevista para el As, calificó la experiencia como "horrorosa", sobre todo por el mal sabor de boca que quedó tras la paliza recibida en su propia casa por parte del Barça. No obstante, se enorgullecía de que su principal misión, que era facilitar la transición para el presidente que resultara electo, se completó sin dificultades. "Florentino entró sin ningún problema, sin ningún lío. Tuvo el camino expedito. Incluso se encontró con Cristiano Ronaldo firmado", si bien reconoce que el mérito de esa gestión le correspondió a Ramón Calderón. "Había un documento que se podía anular, pero yo lo aguanté hasta que llegó el 1 de junio. Y sin Cristiano Ronaldo, lo del Barcelona habría sido como competir con tirachinas contra bombas atómicas".

No obstante, pese a los sinsabores, parece que se llegó a plantear repetir. Al menos en 2019 anunció su intención de presentarse a las elecciones, fundamentalmente por su decepción con Florentino. "No me gusta su política. Ganar más o menos títulos a veces es lo de menos, pero con sus posicionamientos y sus maneras ha conseguido que sea el club más odiado de España, y a eso no hay derecho. En la vida hay que ser humilde", dijo en su momento en declaraciones que recogió El País. De hecho, en 2013 ya había valorado la posibilidad, pero una reforma repentina de los estatutos le excluyó al obligar a los aspirantes a tener un mínimo de 20 años de antigüedad como socios en lugar de 15. En cualquier caso, este mismo mes se ha abierto el proceso electoral y la admisión de candidaturas está abierta hasta el próximo día 12. Salvo sorpresa de última hora, ni Boluda ni ningún otro harán sombra esta vez a un Pérez que no necesitará acudir a las urnas para seguir mandando hasta 2025.

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