"Los cachirules", la vergonzosa trampa que dejó a México sin Copa del Mundo

Los Cachirules fue el nombre dado al escándalo que privó a México de ver a Hugo Sánchez en su mejor momento europeo. (Getty Images)
Los Cachirules fue el nombre dado al escándalo que privó a México de ver a Hugo Sánchez en su mejor momento europeo. (Getty Images)

El capítulo de “Los Cachirules” es uno de los más bochornosos en el libro negro del futbol mexicano. Los federativos nacionales, expertos en encontrar todo el tiempo nuevas variantes del ridículo, llegaron a un punto cumbre en 1988. Quizá ni siquiera ellos imaginaron las consecuencias, ya fuera por soberbios o por ingenuos. Pero el castigo que alcanzó México por la irresponsabilidad de un puñado de hombres de pantalón largo provocó un dolor inmenso.

Durante el Premundial sub-20, que se disputó en Guatemala, cuatro jugadores del equipo nacional disputaron el torneo con documentos falsos. Todo comenzó cuando los periodistas Alfredo Ruiz y Antonio Moreno realizaron una investigación explosiva: gracias a un anuario de1988 descubrieron que las actas de nacimiento de ese cuarteto de elementos fueron alteradas para simular que tenían menos edad (tenían de 22 a 27 años, cuando el límite era 20) de la real y poder competir en el certamen. Los elementos en cuestión fueron José Luis Mata, Aurelio Coreano Rivera, Gerardo Jiménez y José de la Fuente.

En un principio, el castigo fue el que se podía esperar: el Tri quedó fuera del Mundial juvenil. La Concacaf tomó esa determinación a nivel regional y con un castigo aplicable únicamente a un torneo en específico. Rafael del Castillo, presidente de la Federación, viajó a Zúrich para entrevistarse con la plana mayor de la FIFA. Como suele decir el dicho popular, el remedio salió más caro que la enfermedad.

En un afán por ir a remediar el problema, que de todas formas era un mal menor, los directivos aztecas hicieron estallar la furia de la FIFA. En junio de 1986 la sentencia sumió a un país entero en depresión: México era vetado de toda competencia internacional por un periodo de dos años. Esa suspensión incluía, desde luego, la Copa del Mundo de Italia 1990. Nadie pudo hacer nada. Las súplicas de los aficionados fueron el recurso más ruidoso para intentar revertir el escarmiento.

Apenas en 1986 México había sido sede del Mundial por segunda ocasión en la historia. Además, por vía de Guillermo Cañedo, el país gozaba de una buena consideración por parte del ente rector de futbol. Por eso la contundente medida tomó por sorpresa a millones de aficionados. A diferencia de Ecuador, que vio comprometido su pase al Mundial 2022 tras la impugnación de Chile por la supuesta alineación indebida de Byron Castillo (los andinos argumentaron que el jugador nació en Colombia), México efectivamente había cometido una trampa y la penitencia llegó al nivel más doloroso posible

El sueño frustrado de asistir a la Copa del Mundo privó a México de ver a Hugo Sánchez en su mejor versión. El delantero del Real Madrid venía de cosechar cinco títulos de goleo en el futbol español y se había consagrado como una figura total no solo en tierras ibéricas sino a nivel mundial. En la Copa del Mundo de 1986, jugada en casa, Hugol no pudo demostrar sus cualidades y provocó una sensación de insatisfacción en la afición. Italia 90 prometía ser su redención. Con 32 años, era el momento ideal para que cargara con el equipo al hombre. No pudo ser.

Pero el Penta no fue el único afectado. México, en ese momento, contaba con una base de jugadores muy experimentados, que jugaron los Cuartos de Final en México 86, y que podían arropar a los nuevos valores surgidos en los años posteriores. En la cita italiana, el tricolor pudo haber mezclado a jugadores como Alfredo Tena, Manuel Negrete, Miguel España, Alberto García Aspe, Jorge Campos y Luis García.

El daño fue irreparable. Uno de los equipos más fuertes de los que México pudo gozar en su historia simplemente tuvo que mirar el Mundial desde televisión. La vergüenza fue infinita y perdura hasta hoy. Las posibilidades siempre pertenecerán al terreno de las suposiciones cada vez que se hable de ese episodio. Si de bochornos se trata, somos campeones del mundo.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

El asaltante no se espera esa reacción.