Cómo funciona el sistema de hidratación en un auto de Fórmula 1 y el “calvario” que sufrió Checo Pérez

Así terminó Sergio
Así terminó Sergio

Nunca tan refrescante y glorioso el baño de champagne en el podio. Sergio “Checo” Pérez disfrutó de ese momento en Austin después de un tercer puesto con sabor a hazaña, ya que su sistema de hidratación falló durante el Gran Premio de Fórmula 1 del último domingo. Su carrera se convirtió en un calvario: soportó más de 30 grados centígrados en el ambiente, volando sobre un asfalto que ardió con temperaturas todavía superiores.

“Fue la carrera más larga de mi vida”, reconoció el piloto de Guadalajara, que desde el primer giro advirtió por la radio al equipo de Red Bull que se había descompuesto el mecanismo para ingerir agua.

El compañero de Max Verstappen, ganador en Austin luego de la implacable persecución de Lewis Hamilton (Mercedes), relató sus complicaciones: “Desde la vuelta 1 no tenía agua. A mitad de mi segundo stint se puso muy duro, difícil físicamente. Fue extremo: para la vuelta 20 perdí fuerzas completamente; en mis manos, en mis pies, mi vista también, se empezó a volver incómodo”. Y reconoció: “Solamente quería sobrevivir y seguir para intentar mantener el ritmo. Llegó un momento en la que la pasé mal por mantener el control del auto, así que fue la carrera más larga de mi vida, sin duda”.

Además de los problemas para hidratarse, un problema digestivo que padeció antes de la prueba complicó su jornada de domingo desde temprano; solo se apoyaba en el incondicional aliento de los numerosos fans mexicanos presentes en las tribunas y, obviamente, siguió adelante con la motivación de hacer un buen papel para una escudería que le pide resultados concretos: “Fue una carrera durísima en la parte física, durante la mañana me llegó una diarrea muy fuerte. Estaba bien hidratado pero desde la vuelta 1 el sistema para tomar agua no servía por alguna razón”, confesó Checo.

Se calcula que entre el calentamiento del auto y el encierro dentro del cockpit, más la sudoración derivada de las continuas maniobras el volante, en esa extenuante rutina de aceleración y freno, un piloto pierde unos 3 kilógramos tras cada carrera. Sería casi imposible para un conductor soportar esa exigencia sin ingerir agua, por eso es que cada monoplaza tiene un sistema de hidratación interno que no se aprecia en cámaras.

Los compañeros de equipo Red Bull, el ganador Max Verstappen y el tercero, Sergio Pérez, festejan en el parque cerrado luego del Gran Premio de Austin
Chris Graythen

Los compañeros de equipo Red Bull, el ganador Max Verstappen y el tercero, Sergio Pérez, festejan en el parque cerrado luego del Gran Premio de Austin (Chris Graythen/)

¿En qué consiste? En el respaldo del asiento hay una bolsa de agua con capacidad de 1,5 litros, la máxima cantidad permitida para consumir durante un gran premio. A través de un tubo plástico conectado al casco, el contenido llega a la boca del piloto, que puede beber durante la prueba para mitigar los estragos propios del esfuerzo, a velocidades de más de 300 kilómetros por hora. Los contenedores están recubiertos con hielo seco para mantener el líquido fresco y a disposición del conductor, que puede hidratarse con tan solo apretar un botón cercano al volante.

Evidentemente, alguno de los componentes del RB16B de Checo Pérez falló, por lo que el tapatío luchó sin aquella ayuda esencial para su organismo. Y es por eso que, según detalló el mexicano, en el desenlace ya no tenía suficiente fuerza para perseguir a Lewis Hamilton. De todas maneras, logró subirse al podio y resultó muy importante para colaborar con el triunfo del neerlandés, que estiró la ventaja en el Campeonato Mundial de Fórmula 1.

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